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miércoles, 29 de septiembre de 2010

"Caupolicán" y Walt Whitman" (Azul...)

(Ensayo de Guillermo Allende, Julieta Allende y Nicolás Cornú)

El nicaragüense Rubén Darío no es sólo una de las figuras máximas de las letras hispanoamericanas, sino también uno de los grandes renovadores de la poesía española contemporánea. Es conocido como el fundador del modernismo literario, movimiento que se complace en una poesía esteticista, llena de musicalidad y temas inspirados en ambientes refinados y elegantes.
En los diferentes poemas de Rubén Darío podemos observar cómo el poeta revela a los lectores su vida cotidiana a través de símbolos, metáforas, entre otras figuras. Para ello utiliza elementos de la naturaleza, la historia, la mitología y otras obras literarias o la ciencia. Además, compone poemas tanto para exaltar a un héroe como a un glorioso hecho nacional.
En nuestro caso haremos un análisis comparativo de los poemas “Caupolicán” y “Walt Whitman”, los cuales pertenecen a Azul.., libro con el cual Rubén Darío inicia su carrera literaria en Chile en el año 1888.
En primer lugar, compararemos la estructura de los poemas, por lo tanto se hablará de la métrica, es decir, de los caracteres técnicos que hacen a una buena comprensión de los poemas.
“Caupolicán” está compuesto por cuatro estrofas, las dos primeras tienen cuatro versos y las dos últimas,  tres versos; es un soneto que ofrece dos particularidades: por un lado, tenemos los versos son alejandrinos y, por otro, los cuartetos son  serventesios, es decir, tiene  rima consonante cruzada o alternante (ABAB). La rima es aguda sólo en los versos pares de los serventesios (2º y 4º de cada estrofa), esta rima aguda contribuye a la sonoridad brillante que caracteriza al poeta.
La acentuación, en fin, ofrece una indudable regularidad: van acentuadas las sílabas 2ª y 6ª de cada hemistiquio. Veamos, por ejemplo, los versos 1 y 10 (“es algo formidable / que vio la vieja raza”, “le vio la tarde lida / le vio la noche fría”), nos hallamos, evidentemente, con un ritmo muy marcado.
“Walt Whitman” es un poema de versos de arte mayor, compuesto por dos serventesios y dos tercetos. Es también un soneto como “Caupolicán” pero la diferencia está en que los versos son dodecasílabos. El poema presenta rima consonante pero con rima aguda en los tercetos encadenados.
Por lo hasta aquí señalado, podemos observar, en lo referido a la versificación, que Rubén Darío cuida la forma y la estructura del poema, de modo que son poemas para ser oídos y no para ser leídos.
Rubén Darío utiliza diversos recursos para convertir cada poema en una obra preciada, para que desde el punto de vista poético nos emocione y podamos disfrutarlo. Entre estos recursos se encuentran, en “Caupolicán”, la aliteración, donde con una primera lectura podemos percibir la abundancia de consonantes ásperas  como la “j” (vieja, salvaje) o la “z” (raza, maza, brazo), pero destacan aún más las “rr” (raza, robusto, aguerrido). Esta sonoridad "fuerte" contribuye a hacernos sentir esa impresión de fuerza propia de la raza y del guerrero americano.
En el  5º verso nos encontramos con un quiasmo, que es el cruce de estructuras gramaticales (“Por casco sus cabellos, su pecho por coraza”). Luego, encontramos un hipérbaton “de Arauco en la región”, donde podemos ver cómo Rubén Darío altera el orden normal de las palabras, para dar más realce a las más importantes y lograr rimas ricas y difíciles.
“Anduvo, anduvo, anduvo...” es una repetición, que se encuentra en el noveno verso, es un recurso elemental de intensificación para indicar lo inacabable de la acción. Esta misma idea de duración es lo que expresan las tres oraciones yuxtapuestas que siguen: “Le vio la luz del día,/ - le vio la tarde pálida, le vio la noche fría”; en estos versos podemos identificar una anáfora en las palabras “le vio”.
Por ultimo, en el verso final se recoge la noble actitud del héroe (“irguiose”), al que dos epítetos muestran en todo su esplendor (alta frente, gran Caupolicán). El poeta ha esperado hasta el final para darnos el nombre del guerrero, resuena grandioso.
Por otro lado, en “Walt Whitman” podemos encontrar recursos expresivos como epítetos (“y con arpa labrada de un roble añejo”), comparaciones (“bello como un patriarca”), elipsis (“Dice el águila: ¡Vuela! ¡Boga!, al marino/ y ¡Trabaja!, al robusto trabajador”) ya que es posible observar cómo se suprime una construcción (dice) que no es necesaria para el sentido del mensaje.
Otro recurso es la exclamación, que se presenta en ambos poemas, en el caso de “Caupolicán”, “¡El Toqui, el Toqui!” y en “Walt Whitman”, “¡Vuela! ¡Boga!” para enfatizar la idea de entusiasmo.
En cuanto al vocabulario el autor siempre busca expresiones específicas y que agreguen significado a las ideas. Por ejemplo, en “Caupolicán”  podemos apreciar que introduce palabras del mundo bíblico tales como “Sansón” (personaje mítico de la Biblia), personaje usado para comparar el brazo de este con el de Caupolicán, “Nemrod” (monarca mesopotámico, tirano que construyó la torre de Babel y es nombrado en la Biblia) y la palabra “aurora” (canto religioso que se entona al amanecer para dar comienzo a un festejo religioso). Además, usa palabras tales como “aguerrido” (ejercitado en la guerra), “coraza” (armadura que se utiliza para proteger el cuerpo),  “lancero” (soldado que pelea con lanza), “toqui” (título que los mapuches le daban a quienes elegían como su líder para enfrentar una guerra), “Hércules” (héroe de la mitología griega), “titán” (según la  mitología griega, raza de poderosos dioses). Todas estas palabras son utilizadas para describir la fuerza del personaje como algo excepcional y hacen referencia a la mitología grecolatina o a la Edad Media caballeresca.
Los dos primeros versos presentan al indio con el tronco a cuestas, “es algo formidable” adjetivo que hace referencia a algo grandioso, muy grande. Entonces es así, desde el principio, que vemos cómo se afirma el carácter excepcional del personaje quien luego es llamado como “campeón”, dándole un sentido militar. Al final del poema, vemos cómo la misma aurora parece ordenarlo, con una palabra que restalla con fuerza (“¡Basta!”)
Por otro lado, en el poema “Walt Whitman”, el vocabulario no es algo que se destaque, es más bien clásico, sin muchos  significados ocultos que puedan provocar una especie de alteración en la lectura del lector; probablemente esta poca relevancia que se le da al vocabulario sea porque el autor quiso centralizarse más en una sencilla descripción sin muchos significados ocultos. Pero aún así, es importante destacar palabras como “sacerdote” y “profeta” (persona que habla en nombre de Dios), palabras que hacen referencia a la Biblia y a lo religioso, y también palabras como “emperador” (título político originado en el imperio romano) que alude a la fuente de la mitología grecolatina.
Rubén Darío se destaca en muchos de sus poemas por tratar temas como el ocultismo, el erotismo, el exotismo y temas cívicos y sociales
Rubén tuvo una faceta, bastante menos conocida, de poeta social y cívico, compuso poemas para exaltar héroes y hechos nacionales, así como para criticar y denunciar los males sociales y políticos. Esto se ve reflejado en los dos poemas vistos ya que en uno se encarga de describir a un caudillo mapuche, conocido como Caupolicán y en el otro describe a Walt Whitman, poeta estadounidense que siempre se refirió a temas políticos y al realismo. Tal es la importancia que les da que en los dos casos los poemas son titulados con el nombre del héroe descripto.
Luego tenemos el exotismo, tema que se ve reflejado en “Caupolicán”. Este tema es normalmente interpretado por poetas modernistas como una actitud de rechazo a la pacata realidad en que les había tocado vivir. En general, la poesía de Darío excluye la actualidad de los países en que vivió, y se centra en escenarios remotos. Entre estos escenarios está el que le proporciona la mitología de la antigua Grecia. En este sentido, los poemas de Darío están poblados de criaturas mitológicas (Hércules).
También está el ocultismo, que abarca temas religiosos y bíblicos, presentes en los dos poemas, pero con más relevancia en “Caupolicán”, ya que en este nombran dos personajes bíblicos (Sansón y Nenrod) para compararlos con la figura de Caupolicán. Y luego en el poema “Walt Whitman” compara a Walt con la figura de un profeta, se manifiesta, por ejemplo, en la visión del poeta como un mago o sacerdote dotado de la capacidad de discernir la verdadera realidad.
Y por último, podemos decir, que en ninguno de los dos poemas se trata el tema del erotismo. Son dos poemas que se centran más en temas tales como el exotismo, el ocultismo y temas cívicos y sociales.
Estas dos poesías transmiten un sentimiento de admiración hacia dos personajes mediante la brillante exaltación de dos héroes: uno americano (Caupolicán) y otro estadounidense (Walt Whitman); a través de catorce versos y distintos recursos Rubén Darío nos deleita con dos de sus poemas más cívicos.

"J.J.Palma" y "Salvador Díaz Mirón" (Azul...)

(Ensayo de Ignacio Linares, Franco Meilij y Gerónimo Noya)

Rubén Darío presenta una importante diversidad en cuanto a los temas, estructura, recursos y fuentes con respecto a sus poemas. Nosotros nos encargaremos de realizar un análisis comparativo entre los poemas “J. J. Palma” y “Salvador Díaz Mirón”, ambos pertenecientes al libro Azul…
En el poema  “J.J. Palma”, Darío honra al escritor cubano José Joaquín Palma. Comenzando por la estructura, está compuesto por cuatro estrofas. Las primeras dos están compuestas por cuatro versos, en cambio las dos últimas por tres. El poema es un soneto de catorce versos alejandrinos, es decir, contienen catorce sílabas cada uno. En las primeras dos estrofas la rima se desarrolla en formato ABAB, estos serventesios contienen rima consonante con palabras agudas en “il” en el 2º y 4º verso (sutil, buril, marfil, pastoril). En la tercera estrofa, la rima también es consonante y se desarrolla en formato CDC mientras que la última DCD, por eso se dice que son tercetos encadenado por palabras agudas en  “al” (metal, triunfal, cristal). Estas características de la métrica contribuyen a la musicalidad del poema.
En cuanto a los temas que trata este soneto se pueden identificar distintas características provenientes del modernismo. Los poemas de Darío fueron dirigidos a una élite, es por eso que no todos podían entenderlos, ya que había que tener una educación previa.  Se pueden encontrar palabras que refieren al parnasianismo, por ejemplo: “corintio templo”.  La trasposición de las artes es otro rasgo perteneciente a este movimiento: “trompeta de metal”, “flauta de cristal”, “vaso de marfil”. Estos elementos representan el lujo o la belleza. Otro tema importante es el exotismo el cual se ve en la referencia a personajes como: “… Diana, diosa virgen de desceñida ropa”. También menciona al escultor italiano Benvenuto.
Podemos decir que Rubén Darío se basó en distintas fuentes al escribir este poema. Una de las principales es la fuente griega. En “J.J. Palma” se puede identificar a través de expresiones como “corintio templo” y  “diosa virgen”. La mención de distintos personajes como Benvenuto contribuye al exotismo evocado a lo largo del poema.
Al analizar los recursos, podemos encontrar de distinto tipo. En la primera estrofa, se puede identificar una anáfora:
Ya de un corintio templo cincela una metopa,
ya de un morisco alcázar el capitel sutil;
ya, como Benvenuto, del oro de una copa
Este recurso contribuye a la musicalidad, al mismo tiempo sirve para hacer hincapié en las ideas que Darío intenta expresar. También se puede identificar una comparación: “como Benvenuto”. Para continuar pudimos encontrar dos hiperbatones:
La musa que al poeta sus cánticos inspira
no lleva la vibrante trompeta de metal,
…………………………………………………………
y ella al cantor ofrece la septicorde lira
que ayudan a la musicalidad del poema y enfatizan su tono de superioridad.
Finalmente, encontramos dos elipsis verbales en un mismo verso; refuerzan el aspecto estético del verso, importa el cómo decirlo, no el qué:
en el amor fogosa, y en el placer triunfa”
          Por otro lado, el soneto “Salvador Díaz Mirón” presenta una métrica de cuatro estrofas. Las dos primeras poseen cuatro versos dodecasílabos mientras que las últimas tienen tres. La rima es consonante, distribuida ABAB en las dos primeras estrofas, es decir que en los cuartetos presenta rima de serventesios. Refiriéndonos a las últimas estrofas, estas tienen rima CCD y EED respectivamente, por lo que la rima de los tercetos se muestra encadenada. En este poema no aparecen palabras esdrújulas ni agudas al final de ningún verso, hecho que facilita la rima del mismo.
Uno de los temas que se puede identificar rápidamente en este soneto es el ocultismo. Aunque parece describir a una persona, ya en la segunda estrofa habla de que realmente se refiere a una idea que es develada al final del poema: la libertad. Sobre esta hace una reflexión acerca de su naturaleza: como los seres humanos somos libres el yo lírico está haciendo una reflexión acerca del sentido de la vida del hombre y la mujer. Es por eso que pensamos que el poema tiene un tema ocultista.
Al escribir estos poemas el autor nicaragüense se basó en distintas fuentes a fin de hacerlos más profundos. Una de las fuentes que pudimos identificar fue la grecolatina ya que en un momento hace alusión a la “lira” que es un instrumento de cuerda, semejante a un arpa, cuyo origen es atribuido al dios olímpico y mensajero, conocido como Hermes. También se basa en lo americano o indígena ya que habla del “hijo del Nuevo Mundo” y de los búfalos americanos y el águila.
Con respecto a los recursos,  comenzaremos señalando dos enumeraciones:
que aman las tempestades, los Océanos;
las pesadas tizonas, las férreas clavas,,
…tiene cráteres y vierte lavas;
del Arte, recorriendo montes y llanos,
van tus rudas estrofas, jamás esclavas,
Para continuar, hay una comparación que le da un significado más profundo a la ya mencionada “idea” y crea, en el lector, una imagen de esta “idea” más visible:
“como un tropel de búfalos americanos”
Y, para finalizar, hay una exclamación claramente con el objetivo de resaltar el valor del poeta que da título al soneto:
¡Hijo del Nuevo Mundo!
            Para concluir, podemos decir que estos sonetos de Rubén Darío presentan claras características del modernismo. Asimismo, si bien presentan diferencias, están seriamente relacionados entre sí a través de distintos elementos como fuentes, recursos, estructuras, entre otros.

martes, 28 de septiembre de 2010

"Blasón" (Prosas profanas)

(Ensayo de Paula Santiá y María María Sánchez)
Rubén Darío nos muestra en su obra literaria un quiebre en la concepción de la poesía y una nueva forma de escribir. Este escritor fue el principal precursor de la revolución del Modernismo, en la cual la parte estética, musical y rítmica va a la par del contenido poético en cada poema. Para lograr este cambio radical en la manera de escribir, Darío tuvo influencias del Romanticismo, de los parnasianos y también fue de gran importancia su admiración por los simbolistas. “Blasón” es un poema dedicado a la Condesa de Peralta, mencionada en la última estrofa, pero lo trascendental de este poema es que tiene un símbolo importante del modernismo y contiene significativos rasgos de este movimiento. Darío busca la perfección a través de sus palabras para lograr una musicalidad perfecta, una regularidad en la métrica de las estrofas y el uso de un lenguaje complejo. De esta forma le da un aspecto y un contenido más profundo al poema y más hermoso a los ojos del lector. A través de este ensayo vamos a realizar un análisis detallado del poema “Blasón” que representa  todo lo que caracteriza al modernismo, desde la belleza estética y la sensualidad, hasta la presencia de reminiscencias mitológicas y símbolos.
Si vemos detenidamente estrofa por estrofa, podemos percatarnos de cómo Rubén Darío nos describe la fantástica figura del cisne, relacionándolo y ubicándonos en el siglo XVIII, época de la monarquía francesa. En las estrofas 1 y 2 se le introduce al lector el principal símbolo y personaje del poema, se describe al cisne. Esta imagen es realizada a través de la igualación con distintos objetos; asemeja la blancura del animal con la de la nieve, o el pico rosado con el ágata. En la primera estrofa podemos observar la presencia de un recurso literario, la comparación:
…que abre el sol como un casto abanico…
al igual que en la segunda:
…es su cándido cuello, que inspira
como prora ideal que navega...
Analizando las estrofas 3 y 4 vemos cómo Rubén Darío magnifica la belleza del animal y deja conocer al lector el origen del mismo. Al mencionar a Da Vinci, gran artista del Renacimiento, el autor nos deja inferir que el cisne en realidad representa el arte. En estas estrofas observamos otro recurso literario, la hipérbole:
…su victoria ilumina el Danubio…,
siendo el Danubio el segundo río más largo de Europa. En cuanto a las estrofas 5 y  6, estas prosiguen con la grandeza del cisne, y con la descripción del mismo a través de la comparación. En la estrofa 7, ya el autor nos vuelve a ubicar en el siglo XVIII, en la monarquía francesa. Hace esto mencionando a Pompadour. En las ultimas dos estrofas, la 8 y la 9, Rubén Darío  comienza a despedirse del lector, y nos deja remarcado el hecho que la monarquía debería apreciar más lo que es el cisne, es decir, el arte y la poesía. En estas últimas estrofas encontramos recursos literarios como la reiteración:
…Boga y boga en el lago sonoro…
y la anáfora:
                                             …Donde el sueño de los tristes espera,
donde aguarda una góndola de oro…
Podemos así observar cómo todos estos recursos son utilizados con el fin de exaltar la grandiosidad del cisne, la grandiosidad de la poesía.
Si nos detenemos en la estructura del poema, el mismo consta de nueve serventesios decasílabos, estrofas de cuatro versos de diez sílabas cada uno. Por esta organización podemos afirmar que “Blasón” es un poema de arte mayor. El autor recurre tanto a sinalefas como hiatos y diéresis para lograr la regularidad en la métrica. Por ejemplo, vemos en el siguiente verso el uso de la sinalefa:
lus-trael-a-laeu-ca-rís-ti-cay-bre-ve
Esta búsqueda de la perfección de su obra nos muestra qué tan importante era para Rubén Darío la forma. De esta manera, el poeta trasmite su mensaje no solo por medio del contenido sino también, de la estructura del poema. Gracias al vocabulario específicamente elegido, que también demuestra un gran interés en la regularidad de las estrofas, Darío logra un poema con una rima consonante perfecta del tipo A B A B como corresponde a un serventesio.
Con respecto al vocabulario en sí, el léxico elegido por Darío denota una admiración por lo exótico, una característica del modernismo, haciendo frecuentes referencias a temáticas que implican delicadeza, refinamiento, elegancia como la de las flores (“blancos rosales”), las piedras preciosas (“el ágata”), los animales exóticos (el cisne), la música (“de la forma de un brazo de lira”) y los materiales lujosos (“campos de seda”, “lino” y “armiño”). Además, el poeta hace constante alusión a la mitología (“colinas de Leda”) y a personajes de la realeza o nobles (“Lohengrín”) dándole al poema un aire de divinidad y pureza, el mismo aire que despide el cisne en su andar. Así, Rubén Darío realiza una analogía  entre el animal y el arte; compara la blancura, suavidad, sensualidad, perfección del cisne con la de la poesía. No en vano, el poeta incluye a “Vinci” en su obra como ya hemos mencionado anteriormente.
En cuanto a las características del Modernismo en “Blasón”, podríamos decir que el poema representa perfectamente esta revolución literaria. En primer lugar, “Blasón” cuenta con un símbolo de gran importancia: el cisne. Esta ave es la que Rubén Darío adopta como símbolo por excelencia del arte modernista por múltiples razones: por ser el ave del dios Apolo, ya que este movimiento literario siempre acudió a las fuentes clásicas griegas y latinas; porque encontró en la figura del cisne las características ideales de este movimiento literario (la sensualidad, la nobleza y la aristocracia) y porque el cisne representa, a su vez, la pureza que podemos ver destacada en la blancura de su cuerpo. Podemos ver perfectamente cómo, a lo largo de “Blasón”, el cisne es reiteradamente descripto, y en esta descripción su blancura resaltada:
El olímpico cisne de nieve
Con el ágata rosa del pico
En segundo lugar, Darío menciona a nobles y a reyes para darle al poema esa distinción aristocrática que, como mencionamos anteriormente, es una característica del modernismo:
Blanco rey de la fuente Castalia,
Su victoria ilumina el Danubio;
Vinci fue su varón en Italia;
Lohengrín es su príncipe rubio.
La historia del cisne en este poema está acompañada de reyes así como también de dioses, los cuales brindan al poema un tono sagrado y el decorado deseado del modernismo.
Así, el simbolismo del cisne y la referencia a la nobleza y a la cultura antigua se interponen constantemente. El autor recurre al mito de Zeus seduciendo a Leda, exaltando la sensualidad del cisne al subir a las colinas o senos de Leda para besarla:
Es el cisne, de estirpe sagrada,
Cuyo beso, por campos de seda,
Ascendió hasta la cima rosada
De las dulces colinas de Leda.
En esta cita podemos observar cómo el autor describe al cisne como sagrado y también lo delicado de los movimientos del mismo al relacionar su beso con “campos de seda”.
El cisne es un símbolo de la pureza, lo cual Rubén Darío lo representa a través de la blancura y perfección del mismo. A su vez el mismo cuello del cisne representa una embarcación:
De la forma de un brazo de lira
Y del asa de un ánfora griega
Es su cándido cuello, que inspira
Como prora ideal que naveg.
En esta cita podemos ver también la presencia, que anteriormente mencionamos, recurrente de fuentes griegas, que aquí representan la embarcación que navega.
El cisne es, en fin, la menos terrenal y la más aristocrática de las aves, representa la revelación de la luz nueva y el emblema de la claridad que nace a través de la blancura de su plumaje. Es aristocrática por la pureza de su color blanco nieve y por su asociación con las cosas más delicadas. Rubén Darío resalta la belleza, la forma y elegancia del cisne, sus movimientos sutiles y su perfecta blancura; de Leda destaca la sensualidad, la pureza y lo que la hacen digna de que un dios como Zeus la tome a ella.
Además, podríamos decir que Darío  también utiliza esta analogía entre el cisne y la poesía para expresar su insatisfacción hacia la burguesía por no apreciar este tipo de arte cuando escribe:
Dad, condesa, a los cisnes cariño
Asimismo se puede observar claramente en el poema la trasposición de las artes (otra característica típicamente modernista): en su métrica y rima vemos reflejada la música; en sus descripciones detalladas y perfectas, la escultura; y en el efecto cromático logrado gracias a la adjetivación y comparación, la pintura.
Los temas abordados son también los propios del Modernismo. Se destaca el erotismo y la sensualidad representados principalmente por Leda, por los sutiles movimientos del cisne y por la misma belleza estética del poema. Lo exótico es igualmente recurrente, aparecen múltiples referencias a la mitología de la antigua Grecia que denotan el recurrir a escenarios alejados tanto en espacio como en tiempo. Por último, no tan presente como los anteriores pero igualmente importante, encontramos temas cívicos: Darío utiliza su obra para criticar sutilmente la falta de ambición por la cultura departe de la clase social más alta, la falta de aprecio por el arte del lado de la burguesía.
A modo de conclusión, este gran autor tiene la capacidad de lograr una revolución literaria, en la cual él adopta a un animal, el cisne, como símbolo de la misma. Este ícono y escudo emblemático  es un animal delicado pero majestuoso y presente en los mitos clásicos. Este cisne oculta vitalidad, nobleza y fragilidad, es decir, la inspiración del modernismo, que contribuyen a su vez con la sensualidad en el estilo de Rubén Darío. El poeta logra reunir en “Blasón” la mayoría si no la totalidad de los rasgos distintivos del modernismo: no solo su temática sino también su estructura externa y su vocabulario  denotan una gran influencia tanto parnasianista como simbolista.

"Era un aire suave" (Prosas profanas)

(Ensayo de Camila Juaneda, Magdalena Ferrer, Gregorio Finocchietti, Juan Gregorio Ruiz)
La consolidación del estilo de Rubén Darío se da con Prosas profanas (1896), uno de sus libros más brillantes y vitalistas. En el poema, “Era un aire suave”, el poeta trata de alejarse de la realidad que se estaba viviendo en ese momento y lo consigue centrándose en la estética. El poema describe a la mujer moderna, la cual no teme buscar el amor apasionado ni ir rompiendo por el camino el corazón de los caballeros. Esta idea está representada por la marquesa Eulalia, dama de gustos refinados que coquetea con algunos hombres buscando ese amor que tanto desea; y mediante el harmónico ritmo que crea la música de la fiesta que Rubén Darío describe. También se puede decir que el título hace también referencia a esta realidad.
En cuanto a la métrica, podemos decir que este poema posee una consonancia perfecta, usa rima consonante y versos dodecasílabos.  Esta es la métrica de la segunda estrofa:
So/bre/ la/ te/rra/za/, jun/to_a/ los/ ra/ma/jes/,                              12 síl.  C
di/rí/a/se_un/ tré/mo/lo/ de/ li/ras/ e/o/lias/                                    12 síl.  D
cuan/do_a/ca/ri/cia/ban/ los/ se/do/sos/ tra/jes/,                                    12 síl.  C
so/bre_el/ ta/llo_er/gui/das/, las/ blan/cas/ mag/no/lias/.              12 síl.  D
El poema está formado por veinte estrofas, con cuarto versos cada una. Sus versos contienen doce sílabas y rima perfecta distribuida ABAB, es decir, esta formado por veinte serventesios.
Al analizar los recursos literarios presentes en este poema, notamos la presencia de preguntas retóricas: ¿Fue cuando la bella falda cogía con dedos de ninfas, bailando el minué (…)?,  que se presentan en la obra como un gran duda; exclamación: ¡Amoroso pájaro que trinos exhala baja el ala (…)!, que refleja emociones. Además, un quiasmo está presente, ríe ríe ríe la divina Eulalia (…) la divina Eulalia ríe, ríe,ríe, al igual que el paralelismo: ¡Ay de quien sus mieles(…) ¡ Ay de quien del canto (...).
Por otro lado, el poeta ilustra y cuenta la historia tan vívidamente gracias a la ayuda de constantes imágenes que hacen posible imaginarse las características de la mujer que lo inspira. Entre estas podemos encontrar imágenes táctiles (“mar de terciopelo”), visuales (“blancas magnolias”),  y auditivas (“la orquesta perlaba sus mágicas notas”).
“Era un aire suave” toca los temas de lo exótico y lo sensual al describir tan detalladamente la hermosura y belleza de la marquesa Eulalia, un tema no importante ni representado en la corte de ese momento. Un claro ejemplo es la comparación de ella con Venus, la cual es considerada la diosa de la belleza y la fertilidad. En cuanto a lo exótico, se ve reflejado en el sinuoso baile de Eulalia y las descripciones de su inmensa mansión.
En cuanto a las fuentes del poema, podemos referirnos a la romana ya que se mencionan dioses tales como Venus, además al escultor Juan de Bolonia, el cual era un flamenco y una de sus obras más conocidas es la mencionada en el poema, “Mercurio”. De esta manera notamos que se encuentra presente la típica característica modernista: las referencias a la mitología grecolatina
Podemos ver que en el poema se encuentra presente una fuerte influencia del simbolismo, ya que éste es un movimiento que utiliza el lenguaje poético para representar el conocimiento de la realidad. La relación con este movimiento francés y el poema se debe a que el texto de Rubén Darío canta, mediante descripciones, la situación real de una persona destacada de Francia (la marquesa Eulalia).
Analizando el poema más detalladamente podemos reconocer la  alusión hacia la belleza y  la grandeza. El poeta canta la historia de la marquesa, la cual da un gran baile  donde el lujo abunda en exceso y las parejas pasean al compás de la orquesta. La utilización de metáforas para describir a la dama se asoma a sus húmedas pupilas de estrella el alma del rubio cristal de champaña (…) dan a toda su belleza un aire más refinado  y también, de alguna manera, pícaro ya que demuestra gran énfasis e interés en enamorar a algún caballero, que danza disfrazado de paje. Para agregar, utiliza constantemente símbolos tales como el color blanco (pureza) y azul (perfección) para describir a la marquesa, demostrando que es un texto típico del modernismo.
En el poema, Rubén Darío expresa la belleza y sensualidad de la mujer que lo protagoniza a través de diversas características del Modernismo: perfección métrica, recursos y vocabulario culto.

"Divagación" (Prosas profanas)

(Ensayo de Pilar Becerra, María Buteler, Lucía de Arteaga y Renata Sargioto)
Divagación”, de Rubén Darío, es un poema modernista, movimiento del cual el autor es considerado el mayor exponente en toda la literatura en lengua española. El término modernismo hace referencia a un movimiento literario que se desarrolló entre los años 1880-1910, fundamentalmente en el ámbito de la poesía y que se caracterizó por una ambigua rebeldía creativa, un refinamiento narcisista y aristocrático, el culturalismo cosmopolita y una profunda renovación estética del lenguaje y la métrica. A lo largo de este poema, pudimos encontrar una gran variedad de temas característicos del modernismo, tales como lo universal, lo exótico, el amor carnal, la dualidad y lo estético. A través de este ensayo, desarrollaremos en profundidad el poema “Divagación”.
Para comenzar, estudio métrico comprende tres partes fundamentales: el verso, la estrofa y la rima. “Divagación” está formado por versos endecasílabos, es decir, versos que tienen once sílabas. Este poema está compuesto por treinta y cuatro estrofas, de cuatro versos cada una, denominada serventesio, con excepción de la última que llama la atención al lector por contar con cinco versos. La rima es consonante (ABAB) El poema presenta una estructura y una musicalidad perfecta que enfatiza una contradicción entre la perfección de la estructura con el término “divagación” del título  que evoca un desorden, alejamiento de lo que se trata, lo que nos transmite un desconcierto y que sólo encuentra justificación cuando se conoce el contenido.
Teniendo en cuenta los recursos poéticos presentes en este poema, se pueden reconocer los siguientes: en primer lugar metáforas, un claro ejemplo puede ser: “la tierra de la luz y el mirto verde”; también encontramos hipérboles, anáforas, personificaciones, enumeraciones, ironías y preguntas retóricas: “¿Amas los sones del bandolín, y un amor florentino? ¿O un amor alemán? Que no han sentido”.
En cuanto al vocabulario, Darío utiliza palabras exóticas que pueden ser extranjeras, como “Monsieur Prudhomme”; exóticas como las referencias a hadas, ninfas, dragones, entre otras; neologismos como “madrigalizaré” (formó un verbo de un sustantivo). Además, en el amplio vocabulario del poeta se encuentran referencias a fuentes de mitología griega, romana y a Oriente, teniendo en cuenta a esto como algo exótico. Desde el comienzo del poema, el autor hace referencia a “los delirios de las liras en las Grecias, las Romas y las Francias”, estas palabras evocan lo exótico y lo estético ya que son flores raras y muy buscadas; quizás podría decirse que pueden estar haciendo referencia a las mujeres en distintos puntos del planeta debido a que el poema trata de una divagación del amor, donde el poeta se cuestiona acerca del amor hacia las mujeres, donde no sólo alude a mujeres carnales sino también a ninfas, hadas, Diana, Venus, entre otras. Un claro ejemplo puede verse en los siguientes versos donde también hace referencia a lo bíblico:
Mira hacia el lado del boscaje, mira
 blanquear el muslo de marfil de Diana,
y después de la Virgen, la Hetaíra
diosa, blanca, rosa, blanca y rubia hermana.
En este poema, Rubén Darío hace referencia a lo erótico destacando diferentes estilos de mujeres y las cualidades de ellas que lo atraen, por ejemplo:
Amo más que la Grecia de los Griegos
La Grecia de la Francia, porque en Francia,
Al eco de las risas y los juegos,
Su más dulce licor Venus escancia.
Esta cita puede hacer referencia a la influencia que tiene Rubén Darío de las ideologías parnasianas provenientes de Francia. 
            En el poema, el autor volcó sus pensamientos y sentimientos hacia esa mujer anónima a quien se dirige en todo el poema. Se percibe dicha referencia en el acto de amor que le inspirar su adoración:
         …Yo igualaré a los sabios
          poetas que interpretan el destino;
          madrigalizaré junto a tus labios.
A través de la exclamación Darío, continúa mostrando este sentimiento de éxtasis, un claro ejemplo de esto es:
          ¡Oh bello amor de mil genuflexiones:
          Torres de kaolín, pies imposibles (…)”
            Para concluir, podemos decir que “Divagación” es un poema típico del modernismo, de la geografía erótica rubendariana, ya que en él se encuentran importantes características de dicho movimiento: evoca lo exótico, el amor carnal, lo universal, la estética de la mujer en versos endecasílabos. Esto es una breve demostración del gran poeta que resulta ser el autor de “Divagación”, Rubén Darío. 

lunes, 27 de septiembre de 2010

"Alaba los ojos negros de Julia" (Prosas profanas)

(Ensayo de Melania Ugarte y Delfina Méndez) 
El nicaragüense, Rubén Darío, se destacó por ser uno de los más importantes representantes del movimiento Modernista literario en la lengua española, desarrollado entre el año 1880 y 1910. Este poeta, utilizó diversas fuentes, las cuales claramente se pueden ver representadas en sus obras: la Biblia, lo hispanoamericano, lo griego y romano, lo exótico, lo erótico y lo extravagante, entre otros. Por otro lado, también recibió influencias de otras personas y/o movimientos, como la del Simbolismo. Una manifestación literaria originada por el emblemático Baudelaire y su obra “Las flores del Mal”. También encontramos la del Parnasianismo, el cual venía ‘de la mano’ con el Simbolismo, y fue un movimiento que promovía el lema de: “El arte por el arte”.  El escritor parnasianista (por ejemplo Leconte de Lisle, Théofile Gautier o Catulle Mendés) busca la perfección mediante una poesía descriptiva. Estas dos influencias, eran una clara oposición al Romanticismo de Víctor Hugo. Así es como en la actualidad, podemos ver reflejadas en su poesía, muchas de las características propias del movimiento que Rubén Darío originó.
 En el libro Prosas Profanas y otros poemas, encontramos uno de sus más conocidas poesías, la cual se titula: “Alaba los ojos negros de Julia”. Este poema describe de manera clara y embellecida, los ojos de diferentes mujeres, pero hace hincapié en los de una en especial, llamada Julia. Esta tiene ojos impactantes, que representan una fuerza que alegra. Su mirada significa una luz, una luz negra como sus ojos negros. El autor halaga y admira los ojos de Julia a pesar de que sean negros. Anteriormente, el poema había sido publicado en un diario bonaerense, pero al incluirlo en Prosas Profanas, se eliminan cuatro estrofas.
“Alaba a los ojos negros de Julia” está compuesto por seis estrofas serventesios, de cuatro versos cada una. Y los versos son endecasílabos (once sílabas), a excepción del último de la segunda estrofa, que es hexasílabo (seis sílabas): “Los dos ojos de Eros”. En casi todos los versos, podemos encontrar sinalefas, es decir, aquella licencia poética por la cual si la última letra de una palabra es vocal y la primera de la que le sigue, también lo es se deben contar como una misma sílaba. Por ejemplo en el primer verso de la cuarta estrofa: “Pentensilea, reina de amazonas” la palabra “de”, se une con la letra “a” de la siguiente palabra, formando una sola sílaba. Esto ocurre en casi todos los poemas de Rubén Darío, dado que es una característica típica del modernismo y de métrica castellana. El cuidado de la métrica y la estética de lo que se escribe es considerado muy importante para este movimiento; a los modernistas les interesaba más la forma de lo que se escribía y no el contenido, es decir el “¿cómo?” y no el “¿qué?”.
 También podemos ver desde el punto de vista de la métrica, el uso de rimas consonantes perfectas, ya que la rima A-B-A-B se organiza de esa forma en todos los versos del poema, y el número total de versos es veinticuatro: “negros ojos” A, “con labios” B, “con labios rojos” A, “los sabios” B. Esto es una clara demostración de las influencias modernistas que el poeta utilizó. El modo en que se busca la constante perfección mediante una poesía descriptiva, y mediante el cuidado que se le da a lo estético y al modo en que está escrito, refleja el Parnaso. El movimiento Simbolista, se ve reflejado en el poema, cuando el autor describe a la luz negra, como “luz divina, luz alegre” y  cuando menciona en el segundo verso, de la primera estrofa a la manzana del jardín. Esa manzana siempre fue considerada como el símbolo del deseo y la perdición. Baudelaire, pionero del Simbolismo, sostenía que la “la belleza debía ser encontrada en todos lados”.
Con respecto a las fuentes y características modernistas, podemos ver que Rubén Darío, tomó varias de estas para escribir este poema, y de algún modo demostrarnos su rebeldía creativa, rompiendo con la estética vigente, con un refinamiento narcisista y aristocrático, un culturalismo cosmopolita, renovando la estética del lenguaje y rechazando la cotidianeidad. 
Logró demostrar que era un rebelde, creando un mundo bello y tocando temas como el alcoholismo, el sexo, el engaño, la pasión. Podemos ver esto, en el cuarto verso, de la quinta estrofa cuando dice: “Al diamante terrible de los celos”. El sensualismo aparece representado cuando nombra “(…) con labios rojos probó su miel; con labios rojos”. El rechazo de la cotidianeidad, se puede ver, cuando menciona a mujeres de otras épocas, y al mismo tiempo trata de escapar de su propia época, rechaza su propia realidad. El culturalismo cosmopolita, se puede ver cuando hace referencia a lo exótico, Cleopatra, nos demuestra que conoce algo de la historia del Antiguo Egipto, y de su “encantadora de coronas” o en otras palabras reina. Cuando habla de Eva, quien según la Biblia, fue la primera mujer en el mundo, Darío nos muestra su fidelidad hacia lo Bíblico. También hace mención a legendarias reinas bíblicas como Judith, o Penestilea y hace referencia a la mitología grecolatina cuando menciona a Venus y a Eros.
Analizando el vocabulario, podemos apreciar palabras que remiten a lo exótico (“Cleopatra, encantadora de coronas”) y también Venus y Eros referencias a fuentes mitológicas griegas, pueden ser considerados como algo exótico.
 Por otro lado, también está la utilización de diversos recursos expresivos lo cual es una constante en los poemas de Rubén Darío. Podemos encontrar una metáfora (“Venus tuvo el azur en sus pupilas”), una enumeración (“Luz negra, luz divina, luz que alegra la luz meridional, luz de las niñas, de las grandes ojeras”), una hipérbole: (“Los ojos de las reinas fabulosas, de las reinas magníficas y fuertes”) y una comparación (“La negra, que es más luz que la luz blanca del sol, y las azules de los cielos”). También hay una sinestesia: (“Negros y fieros, encienden a las tórtolas tranquilas los dos ojos de Eros”), una paradoja (“Luz negra”), un epíteto épico (“Cleopatra, encantadora de coronas”), un adjetivo antepuesto (“con negros ojos”) y diversas imágenes visuales como (“tenían las pupilas tenebrosas”). Por último podemos apreciar en los versos (1 y 2) - (3 y 4) - (17 y 18) - (19 y 20) - (21 y 22) el recurso literario conocido como encabalgamiento, es decir, cuando la oración continúa en el siguiente verso. (“Luz que el más rojo resplandor arranca/ al diamante terrible de los celos.”)
Esta variada cantidad de recursos literarios cuidan la estructura del poema creando el marco de la historia del mismo que llama la atención del lector.

En fin, “Alaba los ojos negros de Julia” es una obra meramente modernista ya que Rubén Darío representa en ella muchas de las características del movimiento que él mismo encabezó. Además, podemos ver la presencia de las distintas influencias modernistas que el poeta utilizó y también las distintas fuentes del modernismo. Rubén Darío cuida la métrica y la estética de cada uno de sus poemas convirtiéndolos en perfectos. Él logra encontrar la belleza en todos lados y cada descripción, recurso literario y palabra está perfectamente seleccionada para crear un poema memorable que llame poderosamente la atención del lector.



           

martes, 21 de septiembre de 2010

Dos poemas eróticos: "Mía" e "Ite, missa est" (Prosas profanas)

(Ensayo de C. Colomer, J. Lozada y M.Vásquez, con modificaciones)
“Mía” e“Ite, missa est” 

Es posible observar en los diferentes poemas de Rubén Darío una gran variedad de temas y formas de expresarlos, estas distintas maneras hacen que la lectura sea entretenida y que en pocas estrofas el poeta logre un nivel de profundidad inigualable, en nuestro caso haremos un análisis comparativo de los poemas “Mía” e “Ite, missa est”, los dos pertenecen a Prosas profanas.
En primer lugar compararemos la estructura de los poemas, por lo tanto se hablará de la métrica, es decir, de los caracteres técnicos que hacen a una buena y entretenida comprensión de los poemas.
“Mía” está compuesto por cuatro estrofas, las primeras dos tienen cuatro versos y las dos últimas, tres. Todos los versos son hexasílabos llaman la atención al lector, es un sonetillo; en cambio, “Ite, missa est” es un soneto compuesto por dos cuartetos y dos tercetos de versos alejandrinos, estos versos se acentúan en la tercera y sexta silaba en cada mitad de los versos (hemistiquios). Los dos son poemas de rima consonante: “Mía” rima  abba y abab en las estrofas de cuatro versos y cde ced en los tercetos; “Ite, missa est” presenta el esquema ABAB (rima de serventesios) y AAB  CCB en los tercetos; en ambos poemas la rima de los tercetos es encadenada). El primer poema no contiene palabras esdrújulas al final del verso, son todas graves; por otro lado, en el segundo poema  en el 1º y 3º verso de las dos primeras estrofas y en el 3º verso de los tercetos se pueden observar palabras agudas, si bien esto implica una mayor complejidad en la rima, no se pierde la idea que el autor quiere transmitir.
Rubén Darío recurre a diversos recursos para convertir cada poema en una obra preciada, para que desde el punto de vista poético nos llegue y podamos disfrutarlo. Entre estos recursos se encuentran repeticiones en los dos poemas (en “Ite, missa est”, la palabra “labios” es repetida en la segunda estrofa; en cuanto a “Mía” repite la voz que da título al poema y la palabra “llamas”, la cual tiene además una doble connotación); otro recurso que se presenta en los dos poemas es la exclamación (“¡Oh Mía! ¡Oh Mía!”, en el poema “Mía”, y “¡y la faunesa antigua me rugirá de amor!”, donde  evoca a la mitología griega, en el otro poema). Sin embargo hay muchos recursos que no se encuentran en los dos poemas que analizamos, por ejemplo la pregunta retórica en el poema “Mía” (“¿No has de ser entonces/ mía hasta la muerte?) o las sinestesias, a través de las cuales, en “Ita, missa est”, la confusión de sensualidad y espiritualidad  se hace más evidente en las sinestesias, puesto que  la confusión de los sentidos sirve para sugerir ideas como  la tentación (“dulce lira  crepuscular”), el misterio (“sonrisa suave”) o la pasión (“rojo beso ardiente”).
En cuanto al vocabulario el autor siempre busca expresiones específicas y que agreguen significado a las ideas, por ejemplo en “Ite, missa est” Rubén Darío introduce palabras del mundo bíblico y cristiano desde el título, usa además palabras como “hostia”, “profetisa”, “altar”, “sagrada” y “espíritu” con un único propósito: revelar la pureza de la mujer que desconoce el mundo y las sensaciones del amor. Es una mujer es “virgen como la nieve”, tan profunda y tranquila que el poeta no se resiste y quiere besarla, quiere mostrarle y enseñarle esas alegrías y placeres que traen aparejado la pasión y el amor. Por el contrario, en el poema “Mía” el vocabulario no es algo que se destaque, es más bien clásico, sin significados ocultos que puedan provocar una especie de alteración en la lectura del lector, probablemente esta poca relevancia que se le da al vocabulario sea porque el autor quiso enfatizar los sentimientos y adaptarlos para cualquier persona. Sin embargo, es necesario destacar que sustantivó como nombre propio el adjetivo posesivo “mía”, porque “Mía” es la musa inspiradora de lo erótico que sólo puede tener nombre de posesión cuando se la tiene.
Rubén Darío se destaca en muchos de sus poemas por tratar temas como el amor, desde distintos aspectos, relacionado con el erotismo; los dos poemas estudiados tratan este tema pero difieren en otros aspectos menos significativos. En el  poema “Ite, missa est” el tema principal es el erotismo.  El poema, en las primeras estrofas, habla de una mujer angelical, inalcanzable, una guía espiritual capaz de guiar al yo lírico por el buen camino (“su espíritu es la hostia de mi amorosa misa”). Sin embargo, se da a entender que el yo quiere trasformar a esta mujer pura en una amante apasionada. De esta manera, el amor será más fascinante si rompe con las normas: el erotismo, (“Y he de besarla un día con rojo beso ardiente”), además de deseo y necesidad y culto a la belleza, es una actitud rebelde que es atraída por todo lo prohibido. En este soneto, la mezcla de erotismo y de imágenes de la tradición católica muestran esa atracción por lo prohibido: la diosa del poeta es la mujer y su culto no deja de ser un pecado que la arrastrará a la libertad amorosa y moral del paganismo. Analizando más detenidamente el contenido de “Mía”, es un poema en el cual el autor utiliza ciertas palabras para marcar las distintas emociones que el yo lírico va sintiendo con respecto a Mía (“¡Qué aroma derramas  en el alma mía!”). El amor, la pasión que ambos se tenían, como una mujer podía iluminarle el día con su luz. Compara al sexo con la fuerza de la fundición de un metal como el bronce; es sinónimo de pasión, por lo tanto el sonetillo y el soneto tratan el tema del erotismo. Lo que llama más la atención, además de lo dicho anteriormente, son  las diferentes emociones que el personaje tiene en las primeras tres estrofas porque pasa abruptamente de la pasión y ternura a la tristeza. Probablemente esto se deba a que Mía represente un amor no correspondido por eso se pregunta al final algo que no tiene respuesta (“¿No has de ser entonces/ mía hasta la muerte?”).
Estas dos poesías transmiten un sentimiento de amor profundo de una manera muy particular, a través de catorce versos y distintos recursos Rubén Darío nos deleita con dos de sus poemas más eróticos.