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lunes, 27 de septiembre de 2010

"Alaba los ojos negros de Julia" (Prosas profanas)

(Ensayo de Melania Ugarte y Delfina Méndez) 
El nicaragüense, Rubén Darío, se destacó por ser uno de los más importantes representantes del movimiento Modernista literario en la lengua española, desarrollado entre el año 1880 y 1910. Este poeta, utilizó diversas fuentes, las cuales claramente se pueden ver representadas en sus obras: la Biblia, lo hispanoamericano, lo griego y romano, lo exótico, lo erótico y lo extravagante, entre otros. Por otro lado, también recibió influencias de otras personas y/o movimientos, como la del Simbolismo. Una manifestación literaria originada por el emblemático Baudelaire y su obra “Las flores del Mal”. También encontramos la del Parnasianismo, el cual venía ‘de la mano’ con el Simbolismo, y fue un movimiento que promovía el lema de: “El arte por el arte”.  El escritor parnasianista (por ejemplo Leconte de Lisle, Théofile Gautier o Catulle Mendés) busca la perfección mediante una poesía descriptiva. Estas dos influencias, eran una clara oposición al Romanticismo de Víctor Hugo. Así es como en la actualidad, podemos ver reflejadas en su poesía, muchas de las características propias del movimiento que Rubén Darío originó.
 En el libro Prosas Profanas y otros poemas, encontramos uno de sus más conocidas poesías, la cual se titula: “Alaba los ojos negros de Julia”. Este poema describe de manera clara y embellecida, los ojos de diferentes mujeres, pero hace hincapié en los de una en especial, llamada Julia. Esta tiene ojos impactantes, que representan una fuerza que alegra. Su mirada significa una luz, una luz negra como sus ojos negros. El autor halaga y admira los ojos de Julia a pesar de que sean negros. Anteriormente, el poema había sido publicado en un diario bonaerense, pero al incluirlo en Prosas Profanas, se eliminan cuatro estrofas.
“Alaba a los ojos negros de Julia” está compuesto por seis estrofas serventesios, de cuatro versos cada una. Y los versos son endecasílabos (once sílabas), a excepción del último de la segunda estrofa, que es hexasílabo (seis sílabas): “Los dos ojos de Eros”. En casi todos los versos, podemos encontrar sinalefas, es decir, aquella licencia poética por la cual si la última letra de una palabra es vocal y la primera de la que le sigue, también lo es se deben contar como una misma sílaba. Por ejemplo en el primer verso de la cuarta estrofa: “Pentensilea, reina de amazonas” la palabra “de”, se une con la letra “a” de la siguiente palabra, formando una sola sílaba. Esto ocurre en casi todos los poemas de Rubén Darío, dado que es una característica típica del modernismo y de métrica castellana. El cuidado de la métrica y la estética de lo que se escribe es considerado muy importante para este movimiento; a los modernistas les interesaba más la forma de lo que se escribía y no el contenido, es decir el “¿cómo?” y no el “¿qué?”.
 También podemos ver desde el punto de vista de la métrica, el uso de rimas consonantes perfectas, ya que la rima A-B-A-B se organiza de esa forma en todos los versos del poema, y el número total de versos es veinticuatro: “negros ojos” A, “con labios” B, “con labios rojos” A, “los sabios” B. Esto es una clara demostración de las influencias modernistas que el poeta utilizó. El modo en que se busca la constante perfección mediante una poesía descriptiva, y mediante el cuidado que se le da a lo estético y al modo en que está escrito, refleja el Parnaso. El movimiento Simbolista, se ve reflejado en el poema, cuando el autor describe a la luz negra, como “luz divina, luz alegre” y  cuando menciona en el segundo verso, de la primera estrofa a la manzana del jardín. Esa manzana siempre fue considerada como el símbolo del deseo y la perdición. Baudelaire, pionero del Simbolismo, sostenía que la “la belleza debía ser encontrada en todos lados”.
Con respecto a las fuentes y características modernistas, podemos ver que Rubén Darío, tomó varias de estas para escribir este poema, y de algún modo demostrarnos su rebeldía creativa, rompiendo con la estética vigente, con un refinamiento narcisista y aristocrático, un culturalismo cosmopolita, renovando la estética del lenguaje y rechazando la cotidianeidad. 
Logró demostrar que era un rebelde, creando un mundo bello y tocando temas como el alcoholismo, el sexo, el engaño, la pasión. Podemos ver esto, en el cuarto verso, de la quinta estrofa cuando dice: “Al diamante terrible de los celos”. El sensualismo aparece representado cuando nombra “(…) con labios rojos probó su miel; con labios rojos”. El rechazo de la cotidianeidad, se puede ver, cuando menciona a mujeres de otras épocas, y al mismo tiempo trata de escapar de su propia época, rechaza su propia realidad. El culturalismo cosmopolita, se puede ver cuando hace referencia a lo exótico, Cleopatra, nos demuestra que conoce algo de la historia del Antiguo Egipto, y de su “encantadora de coronas” o en otras palabras reina. Cuando habla de Eva, quien según la Biblia, fue la primera mujer en el mundo, Darío nos muestra su fidelidad hacia lo Bíblico. También hace mención a legendarias reinas bíblicas como Judith, o Penestilea y hace referencia a la mitología grecolatina cuando menciona a Venus y a Eros.
Analizando el vocabulario, podemos apreciar palabras que remiten a lo exótico (“Cleopatra, encantadora de coronas”) y también Venus y Eros referencias a fuentes mitológicas griegas, pueden ser considerados como algo exótico.
 Por otro lado, también está la utilización de diversos recursos expresivos lo cual es una constante en los poemas de Rubén Darío. Podemos encontrar una metáfora (“Venus tuvo el azur en sus pupilas”), una enumeración (“Luz negra, luz divina, luz que alegra la luz meridional, luz de las niñas, de las grandes ojeras”), una hipérbole: (“Los ojos de las reinas fabulosas, de las reinas magníficas y fuertes”) y una comparación (“La negra, que es más luz que la luz blanca del sol, y las azules de los cielos”). También hay una sinestesia: (“Negros y fieros, encienden a las tórtolas tranquilas los dos ojos de Eros”), una paradoja (“Luz negra”), un epíteto épico (“Cleopatra, encantadora de coronas”), un adjetivo antepuesto (“con negros ojos”) y diversas imágenes visuales como (“tenían las pupilas tenebrosas”). Por último podemos apreciar en los versos (1 y 2) - (3 y 4) - (17 y 18) - (19 y 20) - (21 y 22) el recurso literario conocido como encabalgamiento, es decir, cuando la oración continúa en el siguiente verso. (“Luz que el más rojo resplandor arranca/ al diamante terrible de los celos.”)
Esta variada cantidad de recursos literarios cuidan la estructura del poema creando el marco de la historia del mismo que llama la atención del lector.

En fin, “Alaba los ojos negros de Julia” es una obra meramente modernista ya que Rubén Darío representa en ella muchas de las características del movimiento que él mismo encabezó. Además, podemos ver la presencia de las distintas influencias modernistas que el poeta utilizó y también las distintas fuentes del modernismo. Rubén Darío cuida la métrica y la estética de cada uno de sus poemas convirtiéndolos en perfectos. Él logra encontrar la belleza en todos lados y cada descripción, recurso literario y palabra está perfectamente seleccionada para crear un poema memorable que llame poderosamente la atención del lector.



           

1 comentario:

  1. Muy buen comentario!! En el enlace de abajo el poema declamado.

    https://soundcloud.com/luis-campos-38/alaba-los-ojos-negros-de-julia

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