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lunes, 18 de octubre de 2010

"Catulle Mendès" Y Leconte de Lisle" (Azul...)

El excelente poeta, iniciador y máximo representante del Modernismo literario en lengua española, Rubén Darío, en muchos de sus poemas es influenciado por el parnasianismo. Este movimiento poético, que se opone al Romanticismo, fue originado en Francia aproximadamente en 1866 por distintos poetas como Leconte de Lisle, Théodore de Banville, Sully Prudhomme, Catulle Mendès, entre otros. En este listado de los fundadores del parnasianismo, encontramos el nombre de dos que dan título a poemas escritos por Rubén Darío: “Catulle Mendès” y “Leconte de Lisle”. En este ensayo, compararemos la estructura, temas, recursos y fuentes de dichos poemas.
Para comenzar, “Catulle Mendès” es un retrato lírico del poeta admirado por Rubén Darío. En este poema, se ve reflejada la influencia del parnaso ya que se describe un guerrero en su máxima expresión. El poeta nicaragüense retrata al personaje haciendo uso de una gran diversidad de adjetivos los cuales componen el poema con completa rima y musicalidad. Además, es un soneto compuesto por dos cuartetos y dos tercetos de versos alejandrinos, en los que utiliza rima consonante y aguda en varios versos. El poeta ubica al personaje en una posición de completa belleza y sensualidad:
sus músculos de atleta soportan la armadura…
Cada palabra escrita por Rubén Darío expresa un cierto deseo de sensualidad y amor, esto lo podemos notar cuando hace referencia a la mujer:
la carne femenina prefiere su pincel
Por otro lado, el lector puede percibir la fuente grecorromana ya que hace mención a la ciudad de Capua, dando a entender  la importancia de la misma durante el imperio romano. Rubén Darío sitúa al personaje en un papel de suma importancia y valor, ya que lo describe como un gran guerrero triunfante. El final de este poema hace referencia a su poder:
Vencido hubiera en Grecia, vencido hubiera en Roma,
en todos los combates del arte o del amor.
En el siguiente verso se ve el uso del helenismo para referirse a las relaciones íntimas y amorosas:
Canta de los oarystis el delicioso instante,
los besos y el delirio de la mujer amante
A su vez, en el cuarto verso, Rubén Darío muestra la belleza de la mujer angelical a través de una imagen visual y gustativa para expresar la dulzura y tentación causada por una mujer:
pero él busca en las bocas rosadas leche y miel

“Leconte de Lisle” es un soneto que cuenta con 14 versos alejandrinos agrupados en dos cuartetos con rima de serventesios y dos tercetos encadenados por la rima consonante. En los cuartetos utiliza la misma rima aguda en “ón”, en los versos pares (ABAB ABAB) y en los tercetos la rima aguda en “al” en el tercer verso (CCD EED). El  título, al igual que en el poema mencionado anteriormente, hace referencia a uno de los poetas parnasianos franceses más leídos y admirados por los modernistas hispanoamericanos, Leconte de Lisle. Es por eso que este poema tiene principalmente influencias parnasianas. La palabra parnaso es de origen griego y hace referencia a la cima del monte Parnaso donde estaban las diosas menores, las musas. Aquí es donde encontramos relación con el poema, cuando Rubén Darío escribe:
de las eternas musas el reino soberano.
Esta cita presenta a los personajes que juegan un rol muy importante en el significado del poema, ya que le otorgan belleza y perfección al mismo. Las musas son las diosas  inspiradoras de la música y, según las nociones posteriores, divinidades que presidían los diferentes tipos de poesía, así como las artes y las ciencias. 
Además, podemos decir que este poema tiene como fuente el Lejano Oriente,  lo que es claramente visible cuando hace referencia al mundo hindú mediante la siguiente  comparación:
como un rajah soberbio que en su elefante indiano
por sus dominios pasa de rudo viento al son
También a través del hipérbaton:
tú de fakir conoces secretos y avatares
Y a su vez se ve reflejado este exotismo en el siguiente verso:
“fulgor de Ramayanas tu viva estrofa encierra”
Rubén Darío construye este poema de una manera exquisita, con la cual hace que el  lector sienta color, olor y sabor. El poeta nos expresa la sensación oriental:
a tu alma dio el Oriente misterios seculares,
 visiones legendarias y espíritu Oriental.
Rubén Darío nos muestra la total inspiración y admiración que tiene hacia el mundo Oriental, específicamente, la India, ya que Ramayanas, es el antiguo sáscrito de la mitología hindú, es decir, la lengua clásica de la India.
A modo de conclusión podemos decir que en ambos poemas, Rubén Darío nos muestra su admiración por Leconte de Lisle y Catulle Mendès, a la vez que nos deleita con el maravilloso uso de recursos que se ven potenciados en la musicalidad de sus versos.

martes, 12 de octubre de 2010

Temas de mock exams (Redactar un texto de 500 a 600 palabras)

a)     Un crítico ha dicho que, aunque en los poemas de Darío faltan temas importantes, hay una musicalidad inolvidable. ¿Está de acuerdo? Justifique haciendo referencia a un poema de cada libro (Azul…, Prosas profanas)
b)     “En el poema ‘Coloquio de los Centauros’ Rubén Darío presenta la dual condición humana, animal y racional”. ¿Está de acuerdo? Realice un análisis detallado del poema teniendo en cuenta este aspecto señalado por un crítico.
c) ¿Hasta qué punto se puede decir que los poemas de Rubén Darío más conocidos son los eróticos? Justifique su respuesta haciendo referencia a dos o tres poemas estudiados de la lista.
d) “En sus poemas hay un conjunto integrante de imágenes, ritmo y lenguaje”. ¿Está de acuerdo con esta crítica de la obra de Rubén Darío? Responda con referencia detallada a tres poemas como mínimo.
e)  Según un crítico, a Darío “la mujer le fascina”. ¿Está de acuerdo? Dé su opinión, refiriéndose a tres poemas como mínimo.
f)    ¿Por qué dicen muchos críticos que “Era un aire suave” representa la nueva poesía de Rubén darío? Dé su opinión con un análisis detallado de este poema.

viernes, 1 de octubre de 2010

Últimas palabras sobre el poeta

Rubén Darío poetizó el gozo de vivir y el temor a la muerte, dio vida a todos los metros y estrofas del pasado, incluso a los que sólo ocasionalmente fueron cultivados, haciéndolos sonar con imprevistos cambios de acento. también intentó un lenguaje rítmico sin salir de la versificación regular.Apeló contra dos venenos de la poesía de fines del siglo XIX: la chabacanería y la vulgaridad.
En Rubén Darío se realiza el más sorprendente mestizaje poético: simbolismo, parnasianismo francés, corrientes estéticas de España, fuentes indigenistas de la poesía náhuatl (la más inmediata ya que él era chorotega) y de los poetas mayas.
Mestizar la poesía con el pretexto de modernizarla hasta crear el movimiento modernista será la síntesis de la tarea de Rubén Darío. Por la forma y profundidad de sus temas, R.D. es americano, por la preocupación por los problemas humanos y sociales de nuestro continente, es americano.

Parnasianismo y simbolismo

Parnasianismo                                                           Simbolismo
*inspiración en Grecia, China, India                          *civilizaciones antiguas, Edad media, leyendas nórdicas
*cuidado por la forma                                               *poesía sugestiva
*trasposición de las artes (escultura, música,              *evocación (sugerir, no decir)
pintura)
*sonoridad verbal (rima)                                            *musicalidad, rima rica (palabras agudas)
*gusto por el lujo, lo exótico                                      *paisaje del ensueño interior, de misterio
*objetividad                                                               *sentimentalismo (herencia romántica)
*distintas formas estróficas adecuadas al tema             *verso libre
*poesía helenizante                                                     *arte de minorías

*elección de palabras por el efecto fónico, símbolos, onomatopeyas, aliteración.

"El poeta pregunta por Stella" (Prosas profanas)

Algunos puntos para elaborar un ensayo del poema:
métrica: cuatro estrofas (silvas), las tres primeras de cuatro versos y la cuarta de seis
            combina versos heptasílabos y alejandrinos sin una estructura fija (a gusto del autor)
             rima asonante (ie) en los versos pares
recursos: repetición, anáfora, apóstrofe lírico (lirio), apóstrofe interrogativo, símbolos (lirio, cisnes), adjetivos, personificación
temática: poema erótica, la mujer espiritual,estrella, guía del poeta
              tristeza del yo lírico por la pérdida de la mujer amada (esposa muerta)
fuentes: simbolismo, griegas, parnasianismo

"Coloquio de los centauros" (Prosas profanas)

(Ensayo de Consuelo Castellanos, Macarena Costanzo, Ámbar De Waegemaeker y Pilar Ordóñez)

     En este ensayo intentamos analizar con profundidad ciertos aspectos del poema “Coloquio de los centauros”, incluido por Rubén Darío en Prosas profanas, aspectos como estructura externa, temática y personajes.
    Una característica relevante del poema es la estructura, además de ser un poema dedicado (como algunos de la colección) al escritor y erudito francoargentino Paul Groussac, está escrito a modo de diálogo  dramático pues es posible reconocer prólogo, desarrollo y epílogo.
       Este poema está compuesto por treinta y seis estrofas y doscientos doce versos; un yo lírico comienza presentando el lugar y el tiempo en cuatro estrofas y veintidós versos.
    Considerando la métrica del poema, es decir, los caracteres técnicos que hacen a una buena y entretenida comprensión de la obra, podemos decir que en “Coloquio de los Centauros”,  Rubén Darío, como gran parte de los poetas modernistas, le da una gran importancia a la relación entre la poesía y la música. Esto explica la gran musicalidad y ritmo del poema que analizamos. Está compuesto por doscientos doce versos alejandrinos, es decir, son versos de catorce sílabas, y rima consonante en grupos de pareados (de a dos versos). Baste como ejemplo la primera estrofa:
En la isla en que detiene su esquife el argonauta             14 síl.  A
Del inmortal Ensueño, donde la eterna pauta                   14 síl.  A
De las eternas liras se escucha: - Isla de Oro                    14 síl. B
En que el tritón elige su caracol sonoro                            14 síl. B
Y la sirena blanca va á ver el sol - un día                          14 síl. C
Se oye un tropel vibrante de fuerza y de harmonía.         14 síl. C
    Desde el punto de vista de la temática, en el poema encontramos una gran variedad de temas, entre ellos se encuentran la naturaleza, la muerte, la mujer y, por último, el amor.
    En primer lugar, la isla de los Centauros, presentada en la primera estrofa, es calificada como Isla de oro porque el oro es el símbolo de naturaleza espiritual, lo que aparece en las simbologías esotéricas de todos los tiempos. Este mineral refleja el lugar de pertenencia de los personajes que describe Rubén Darío. De esta manera podemos descubrir la mirada del autor hacia la mitología griega y el mito del Centauro. Por otro lado, la naturaleza responde a la aparición de los centauros, esto se puede ver por ejemplo cuando la montaña nota que los centauros están ahí en la isla y el conjunto de ellos ya son parte de ‘la apariencia’ de esta. También el autor presenta la idea de Divinidad, que lleva consigo el tema de la creación del mundo y, por ende, la naturaleza. Mediante este poema, Darío resalta la separación entre la Divinidad y la naturaleza. Un ejemplo de esto se ve reflejado en la presencia de personajes que no pertenecen al mundo natural, ya que sus cuerpos están compuestos por caballos y por humanos. Con todo esto se puede deducir la postura de Rubén Darío, ya que decide basar su poema en personajes que no son del todo naturales y, por ende, crea una separación también entre los seres divinos que no son naturales y estos seres mitológicos.
  La muerte es uno de los temas principales en este poema, y está representado de diversas formas. Por un lado, Rubén Darío la muestra como el puente de relación entre los titanes y los hombres, ya que las musas cantan la muerte de los Titanes, lo que suponía el fin del mal frente al bien. Pero el pecado original que parte de los Titanes se transmite a los hombres, por medio de la reencarnación:
He aquí que renacen los lauros milenarios
terminarán en la Unión final con la divinidad
         Esa Unión última se producirá desde la fusión de los contrarios:
Y anímase en mi cuerpo inmortal
la sangre del celeste caballo paternal.
      Por medio de los personajes de Arneo y Quirón, Darío muestra la tensión fundamental de los contrarios, la de la vida y la muerte: la Vida se origina desde la Muerte; la Muerte es la causa de la Vida; una y otra se necesitan inexorablemente, no pueden existir por separado:
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana
       Puesto que los dioses son inmortales, al faltarles el opuesto de la Vida, esto es, la Muerte, tampoco tienen vida verdadera. Ésta es, pues, un privilegio de los mortales:
La Muerte es la victoria de la progenie humana.
      Un símbolo como la palmera tiene relación con el Sol en sus ciclos de vida y muerte, esto es, de muerte y resurrección; por lo tanto la palmera simbolizaría la gloria e inmortalidad, estaría simbolizando el triunfo sobre la Muerte.
        Otro personaje relacionado con este tema es Apolo que puede acompañarse del trueno, que procede de las regiones inferiores y está relacionado con la muerte.
        Los centauros concluyen su coloquio en torno al tema de la muerte. La destreza de Darío crea un ambiente  donde estas imágenes míticas reflejan la preocupación del autor por este tema. Se establece otra vez la conexión entre el carácter metafísico, esotérico de la muerte y el destino del hombre. La muerte, sobre todo, permanece en el misterio, y ostenta un carácter dual, como gran parte de los temas del poema: terrorífica y dulce, temida y deseada.
       Finalmente, la imagen simbólica de la mujer que se plasma en los versos es en gran medida ambivalente, con tendencia a lo negativo, salvo la imagen que transmite Quirón. La mujer es para los centauros, a la vez, belleza que embriaga de modo sublime y portadora de muerte. Hipea es el centauro más misógino del poema, su aversión a la mujer está presente en su intervención:
Yo sé de la hembra humana la original infamia.
Venus anima artera sus máquinas fatales,
Tras los radiantes ojos ríen traidores males,
…………………………………………………
Ella la causa fuera de inenarrable espanto:
Por ella el ixionida dobló su cuello fuerte.
La hembra humana es hermana del Dolor y la Muerte.
 
        Por lo analizado hasta aquí, puede decirse que el poema contiene la filosofía de la existencia, según Rubén Darío, expresada en forma dialogada, por lo que para algunos críticos emparentan este poema con el discurso dialéctico.
 
 Analizando los personajes, diremos que los dieciocho centauros que dialogan fueron tomados de la Metamorfosis de Ovidio (poeta latino del siglo I a.c.). Los centauros son un ser híbrido que expresa la dualidad alma-cuerpo a través de su naturaleza, implica una unión de planos de realidad del mundo humano y el animal, que participa de la forma del hombre, en su pieza superior, y de la bestia, el caballo, en su pieza inferior. Los centauros son un símbolo que encarnan lo divino y lo mundano. A su vez, ellos mismos, parecen estar organizados jerárquicamente; por ejemplo la figura de Quirón se perfila claramente como voz de la sabiduría, mientras que los otros centauros le siguen en valor menor, desde el más ideal hasta el más carnal. Por otro lado, entre los mismos centauros, los hay “buenos” (Quirón y Folo) y los hay malos (los demás). Estas diferencias no perturban el hecho de que en el territorio de lo mítico vayan a “galope rítmico”, formando un patrón. Mencionamos algunos de los más significativos por las ideas que defienden.
QUIRÓN es un centauro inteligente, sabio y de buen carácter. Asume un rol notable como maestro de la humanidad, encarnación simbólica de la sabiduría de un tiempo eterno, siempre presente, y elemento de unión entre lo divino y lo humano encarnado en su naturaleza dual. Es el maestro de maestros (fue tutor de Aquiles, Teseo y Jasón, según la mitología griega). Se sabe, además, que la instrucción de Quirón no es puramente verbal o racional,  supone la transformación del discípulo. Cuando los centauros empiezan a hablar, es Quirón quien habla primero. Quirón es intermediario entre el mundo perceptible y el de la temporalidad, el de los dioses y el humano, lo que expresa no sólo su figura híbrida de caballo y ser humano, sino su trasfondo mítico como transmisor de conocimiento. Habla de forma positiva sobre la mujer. Por otro lado, Reto dice que Quirón es, inmortal, en esencia (“por do salir no pudo la fuente de tu vida”) y es “Padre y Maestro Excelso”:
Eres la fuente sana
de la verdad que busca la triste raza humana
     Quirón justifica su ciencia, como lo vemos en el siguiente verso:
La ciencia es flor del tiempo: mi padre fue Saturno
ABANTES interviene con un elogio a la Naturaleza, a la que califica de sagrada. Sostiene que bajo la apariencia de lo diverso, está lo Uno: ¨un mismo secreto¨, ¨una misma norma¨, que surge del ¨vientre de la tierra¨.
FOLO alude al origen mitológico, mostrando un ser rompiendo la maleza natural, calificada como cárcel. El centauro puede nutrirse de alimento superior que el sátiro (otro símbolo de un ser dual inferior en la escala). Folo tiene la ¨esencia humana¨ que le hace desear a las ninfas de la diosa virgen. Al mismo tiempo va nombrando divinidades de la Naturaleza  como Eos-Aurora, Iris y los sátiros.
ORNEO es un centauro con pensamiento dualista limitado, desde su posición sostiene que las cosas siempre son lo que parecen, ¨el cuervo es malo y la torcaz es buena¨.
ASTILO es consciente de la existencia de un plano superior de interpretación, que en el poema es llamado Enigma, donde los opuestos se reconcilian. ¨El Enigma es el soplo que hace cantar la lira¨.
HIPEA sostiene que Venus es diosa doble o con máscara; debajo de su rostro radiante se esconde el dolor y la muerte.
CLITO dice que la Naturaleza, como una Madre, muestra las señales para la comprensión del Enigma; pero su secreto sólo se entiende con la inspiración divina que reciben los videntes.
ARNEO, junto a Quirón, trata de la tensión fundamental de contrarios, la de la vida y la muerte: la Vida se origina desde la Muerte; la Muerte es la causa de la Vida; una y otra se necesitan inexorablemente, no puedan existir por separado:
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana.
EURETO dice que el hombre, con la arcilla de Prometeo y el fuego que éste robó a los dioses, obtuvo la vida y, con ella, el poder sobre la muerte.

      El poema se cierra con un retorno al principio, las imágenes retoman movimiento después del diálogo de los centauros sobre el tema de la muerte. Todo el poema encarna el drama de la coexistencia misteriosa de la existencia humana que se  bate entre la discontinuidad de los seres con el principio y la continuidad esencial con el mismo. Por esto el "Coloquio de los centauros" puede ser considerado como una filosofía de la existencia, un poema metafísico con mayúscula.

"El reino interior" (Prosas profanas)

(Ensayo reelaborado a partir del redactado por Paula Horrocks, Camila sarría y María Porta)

En sus obras, Rubén Darío busca alcanzar constantemente la belleza. Para el poeta nicaragüense la belleza es el fin exclusivo del arte y de la vida, lo que  origina tensión constante en su poesía. Prosas profanas es un conjunto de poesías que describen un mundo de fantasía y misterio repleto de princesas, cisnes, reyes, caballeros, bondad, riqueza, hadas misteriosas y otros personajes mitológicos. “El reino interior” es uno de estos poemas. Está compuesto por ocho estrofas en lasa que predominan los versos de arte mayor; se estructura métricamente en silvas, estrofa formada por veros heptasílabos y alejandrinos, que en algunos casos se prolongan en el verso siguiente. Emplea el heptasílabo como mitad exacta del alejandrino. En cuanto a la rima, es consonante pero en cada estrofa está distribuida de manera diferente, es decir, no sigue una estructura determinada de sonido y ritmo, como podemos ver en la siguiente silva:

Una selva suntuosa                                            7 síl.                   A
en el azul celeste su rudo perfil calca.               14síl.                   B
Un camino. La tierra es de color de rosa,          14síl.                   A
cual la que pinta fra Doménico Cavalca            14síl.                   B
en sus Vidas de santos. Se ven extrañas flores   14 síl.                  C 
de la flora gloriosa de los cuentos azules,          14 síl.                  D
y entre las ramas encantadas, papemores           14 síl.                  C
cuyo canto extasiara de amor a los bulbules.      14 síl.                  C
Esto demuestra la preocupación del poeta por la forma del poema. No hay dos poemas que presenten la misma estructura externa en Prosas profanas.
Deteniéndonos en el vocabulario, podemos apreciar una tendencia a los vocablos que remiten a un mundo exótico ("armas ricas de Oriente", "satanes verlenianos de Ecbatana"); otros términos remiten a un mundo refinado y culto ("selva suntuosa", "La vida le sonríe rosada y halagüeña”, “cuyo canto extasiara de amor", "¡Alabastros celestes habitados por astros", “Sus vestes son tejidos del lino de la luna.”), pero siempre un vocabulario sonoro.  También se puede apreciar una característica propia de cuentos infantiles, donde se retratan a princesas atrapadas (“¡Yo soy la prisionera que sonríe y que canta!”, “Y las manos liliales agita, como infanta real en los balcones del palacio paterno.”) y  personajes “malos” (“Sus labios sensuales y encendidos, de efebos criminales, son cual rosas sangrientas”). Se destacan campos semánticos que connotan refinamiento, como el de las flores ("blancas rosas ", " rosas sangrientas", "las púrpuras”, “liliales”), el de las piedras preciosas (“perlas y diamantes"), el de los materiales de lujo ("lino", "oro, “seda") o el de la música ("lira", "laúdes”). Recurre con frecuencia a personajes y elementos propios de la mitología griega y latina (“efebos”, “carbunclos”) y a nombres de lugares exóticos (“Ecbatana”).
Así vemos que el autor busca siempre la forma de embellecer el texto. Las exclamaciones (“¡Oh fragante día! ¡Oh sublime día!”), las imágenes (“La tierra es de color de rosa”), las interrogaciones retóricas (“¡Oh! ¿Qué hay en ti, alma mía?”), y otros recursos expresivos terminan de “decorar” el texto. Entre estos destacamos las alegorías de las siete princesas que representan a “las siete virtudes” y la de los “siete mancebos” como “los siete pecados capitales”, encabalgamientos como:
Se ven extrañas flores
de la hora gloriosa de los cuentos azules,
distintas repeticiones de palabras como “liras”, “alabastros”, “princesas”; una enumeración (“oro, seda, escarlata, armas ricas de Oriente”) y el paralelismo final:
¡Princesas, envolvedme con vuestros blancos velos!
¡Príncipes, estrechadme con vuestros brazos rojos!
    En “El reino interior” el autor busca determinar y explicar la conducta del alma humana y la contemplación de la belleza.  El primer lugar, podemos observar la variedad de motivos culturales, de épocas y ambientes muy diversos, que inspiran a Darío en la concepción de este poema: la filosofía antigua y medieval. Es posible detectar la ambientación medieval que se generaliza en el texto, como demuestra la imagen de la Infanta encarcelada en la torre desde su niñez. Al analizar los aspectos éticos y estéticos, nos encontramos con una descripción impresionista en el inicio del poema: la selva que “calca su perfil en el azul celeste”, la cual presenta una imagen pintoresca de la escena. Las flores representan una naturaleza literaria y el poeta las incluye en una “flora gloriosa” que sólo adquiere realidad en los “cuentos azules”, con lo que da un toque musical y pictórico al texto, como corresponde a un poema modernista. Incluye también aves de rango exquisito, como el papemor, cuyo canto es capaz de “extasiar de amor” a los bulbules (los ruiseñores). El ambiente medieval que se presenta resulta muy eficaz a la hora de transmitir una idea de belleza. El verso 15 —y los que siguen— apunta hacia una belleza mucho más profunda. Por tanto, el poeta es capaz, dentro de ese universo analógico, de comprender el lenguaje de la naturaleza y de transmitirlo en forma de poesía, que viene a ser la expresión del lenguaje de la naturaleza, que el poeta relaciona y traduce con palabras inteligibles. Pero la poesía tiene su origen en él.
En este poema, vemos reflejadas las influencias que marcan al poeta. En primer lugar, el simbolismo enmarca el contenido del poema en su totalidad ya que el autor se adentra en un mundo profundo, más allá de lo real. Darío hace también una referencia, después de la dedicatoria, a uno de los pioneros del simbolismo en Estados Unidos en el epígrafe del poema (“… with Psychis, my soul! Poe”). El autor habla desde un “yo lírico”, retratando la lucha interior entre lo bueno y lo malo: las virtudes y los vicios. Usa los símbolos para hablar de la tentación; crea una historia poética en la que busca un símbolo para cada cosa: las princesas para las virtudes, los mancebos para los pecados capitales, la sensualidad y el encanto para representar la tentación de lo prohibido. A su vez, hace uso de lo erótico como parte de lo exótico y lo extraño, marcada influencia del Parnaso, cuando describe los siete vicios (“armas ricas de Oriente”, “satanes verlenianos de Ecbatana”, “sus labios sensuales y encendidos”). En fin, podemos destacar que es un auténtico poema del modernismo en la estructura, los recursos expresivos y el rango del vocabulario. Podemos identificarlo en cómo incorpora las distintas artes: la literatura (“fra Doménico Cavalca”), la pintura (“del divino Sandro”), la flora y un mundo de fantasía medieval (princesas, príncipes y hechiceros).
“El reino interior” es el poema más personal, la perfección formal cede espacio a la sonoridad y la espiritualidad. Rubén Darío desnuda su alma que sueña hace treinta años y muestra la dualidad de carne y espíritu propia del hombre: virtudes y vicios son las alternativas del alma del poeta. 

miércoles, 29 de septiembre de 2010

"Caupolicán" y Walt Whitman" (Azul...)

(Ensayo de Guillermo Allende, Julieta Allende y Nicolás Cornú)

El nicaragüense Rubén Darío no es sólo una de las figuras máximas de las letras hispanoamericanas, sino también uno de los grandes renovadores de la poesía española contemporánea. Es conocido como el fundador del modernismo literario, movimiento que se complace en una poesía esteticista, llena de musicalidad y temas inspirados en ambientes refinados y elegantes.
En los diferentes poemas de Rubén Darío podemos observar cómo el poeta revela a los lectores su vida cotidiana a través de símbolos, metáforas, entre otras figuras. Para ello utiliza elementos de la naturaleza, la historia, la mitología y otras obras literarias o la ciencia. Además, compone poemas tanto para exaltar a un héroe como a un glorioso hecho nacional.
En nuestro caso haremos un análisis comparativo de los poemas “Caupolicán” y “Walt Whitman”, los cuales pertenecen a Azul.., libro con el cual Rubén Darío inicia su carrera literaria en Chile en el año 1888.
En primer lugar, compararemos la estructura de los poemas, por lo tanto se hablará de la métrica, es decir, de los caracteres técnicos que hacen a una buena comprensión de los poemas.
“Caupolicán” está compuesto por cuatro estrofas, las dos primeras tienen cuatro versos y las dos últimas,  tres versos; es un soneto que ofrece dos particularidades: por un lado, tenemos los versos son alejandrinos y, por otro, los cuartetos son  serventesios, es decir, tiene  rima consonante cruzada o alternante (ABAB). La rima es aguda sólo en los versos pares de los serventesios (2º y 4º de cada estrofa), esta rima aguda contribuye a la sonoridad brillante que caracteriza al poeta.
La acentuación, en fin, ofrece una indudable regularidad: van acentuadas las sílabas 2ª y 6ª de cada hemistiquio. Veamos, por ejemplo, los versos 1 y 10 (“es algo formidable / que vio la vieja raza”, “le vio la tarde lida / le vio la noche fría”), nos hallamos, evidentemente, con un ritmo muy marcado.
“Walt Whitman” es un poema de versos de arte mayor, compuesto por dos serventesios y dos tercetos. Es también un soneto como “Caupolicán” pero la diferencia está en que los versos son dodecasílabos. El poema presenta rima consonante pero con rima aguda en los tercetos encadenados.
Por lo hasta aquí señalado, podemos observar, en lo referido a la versificación, que Rubén Darío cuida la forma y la estructura del poema, de modo que son poemas para ser oídos y no para ser leídos.
Rubén Darío utiliza diversos recursos para convertir cada poema en una obra preciada, para que desde el punto de vista poético nos emocione y podamos disfrutarlo. Entre estos recursos se encuentran, en “Caupolicán”, la aliteración, donde con una primera lectura podemos percibir la abundancia de consonantes ásperas  como la “j” (vieja, salvaje) o la “z” (raza, maza, brazo), pero destacan aún más las “rr” (raza, robusto, aguerrido). Esta sonoridad "fuerte" contribuye a hacernos sentir esa impresión de fuerza propia de la raza y del guerrero americano.
En el  5º verso nos encontramos con un quiasmo, que es el cruce de estructuras gramaticales (“Por casco sus cabellos, su pecho por coraza”). Luego, encontramos un hipérbaton “de Arauco en la región”, donde podemos ver cómo Rubén Darío altera el orden normal de las palabras, para dar más realce a las más importantes y lograr rimas ricas y difíciles.
“Anduvo, anduvo, anduvo...” es una repetición, que se encuentra en el noveno verso, es un recurso elemental de intensificación para indicar lo inacabable de la acción. Esta misma idea de duración es lo que expresan las tres oraciones yuxtapuestas que siguen: “Le vio la luz del día,/ - le vio la tarde pálida, le vio la noche fría”; en estos versos podemos identificar una anáfora en las palabras “le vio”.
Por ultimo, en el verso final se recoge la noble actitud del héroe (“irguiose”), al que dos epítetos muestran en todo su esplendor (alta frente, gran Caupolicán). El poeta ha esperado hasta el final para darnos el nombre del guerrero, resuena grandioso.
Por otro lado, en “Walt Whitman” podemos encontrar recursos expresivos como epítetos (“y con arpa labrada de un roble añejo”), comparaciones (“bello como un patriarca”), elipsis (“Dice el águila: ¡Vuela! ¡Boga!, al marino/ y ¡Trabaja!, al robusto trabajador”) ya que es posible observar cómo se suprime una construcción (dice) que no es necesaria para el sentido del mensaje.
Otro recurso es la exclamación, que se presenta en ambos poemas, en el caso de “Caupolicán”, “¡El Toqui, el Toqui!” y en “Walt Whitman”, “¡Vuela! ¡Boga!” para enfatizar la idea de entusiasmo.
En cuanto al vocabulario el autor siempre busca expresiones específicas y que agreguen significado a las ideas. Por ejemplo, en “Caupolicán”  podemos apreciar que introduce palabras del mundo bíblico tales como “Sansón” (personaje mítico de la Biblia), personaje usado para comparar el brazo de este con el de Caupolicán, “Nemrod” (monarca mesopotámico, tirano que construyó la torre de Babel y es nombrado en la Biblia) y la palabra “aurora” (canto religioso que se entona al amanecer para dar comienzo a un festejo religioso). Además, usa palabras tales como “aguerrido” (ejercitado en la guerra), “coraza” (armadura que se utiliza para proteger el cuerpo),  “lancero” (soldado que pelea con lanza), “toqui” (título que los mapuches le daban a quienes elegían como su líder para enfrentar una guerra), “Hércules” (héroe de la mitología griega), “titán” (según la  mitología griega, raza de poderosos dioses). Todas estas palabras son utilizadas para describir la fuerza del personaje como algo excepcional y hacen referencia a la mitología grecolatina o a la Edad Media caballeresca.
Los dos primeros versos presentan al indio con el tronco a cuestas, “es algo formidable” adjetivo que hace referencia a algo grandioso, muy grande. Entonces es así, desde el principio, que vemos cómo se afirma el carácter excepcional del personaje quien luego es llamado como “campeón”, dándole un sentido militar. Al final del poema, vemos cómo la misma aurora parece ordenarlo, con una palabra que restalla con fuerza (“¡Basta!”)
Por otro lado, en el poema “Walt Whitman”, el vocabulario no es algo que se destaque, es más bien clásico, sin muchos  significados ocultos que puedan provocar una especie de alteración en la lectura del lector; probablemente esta poca relevancia que se le da al vocabulario sea porque el autor quiso centralizarse más en una sencilla descripción sin muchos significados ocultos. Pero aún así, es importante destacar palabras como “sacerdote” y “profeta” (persona que habla en nombre de Dios), palabras que hacen referencia a la Biblia y a lo religioso, y también palabras como “emperador” (título político originado en el imperio romano) que alude a la fuente de la mitología grecolatina.
Rubén Darío se destaca en muchos de sus poemas por tratar temas como el ocultismo, el erotismo, el exotismo y temas cívicos y sociales
Rubén tuvo una faceta, bastante menos conocida, de poeta social y cívico, compuso poemas para exaltar héroes y hechos nacionales, así como para criticar y denunciar los males sociales y políticos. Esto se ve reflejado en los dos poemas vistos ya que en uno se encarga de describir a un caudillo mapuche, conocido como Caupolicán y en el otro describe a Walt Whitman, poeta estadounidense que siempre se refirió a temas políticos y al realismo. Tal es la importancia que les da que en los dos casos los poemas son titulados con el nombre del héroe descripto.
Luego tenemos el exotismo, tema que se ve reflejado en “Caupolicán”. Este tema es normalmente interpretado por poetas modernistas como una actitud de rechazo a la pacata realidad en que les había tocado vivir. En general, la poesía de Darío excluye la actualidad de los países en que vivió, y se centra en escenarios remotos. Entre estos escenarios está el que le proporciona la mitología de la antigua Grecia. En este sentido, los poemas de Darío están poblados de criaturas mitológicas (Hércules).
También está el ocultismo, que abarca temas religiosos y bíblicos, presentes en los dos poemas, pero con más relevancia en “Caupolicán”, ya que en este nombran dos personajes bíblicos (Sansón y Nenrod) para compararlos con la figura de Caupolicán. Y luego en el poema “Walt Whitman” compara a Walt con la figura de un profeta, se manifiesta, por ejemplo, en la visión del poeta como un mago o sacerdote dotado de la capacidad de discernir la verdadera realidad.
Y por último, podemos decir, que en ninguno de los dos poemas se trata el tema del erotismo. Son dos poemas que se centran más en temas tales como el exotismo, el ocultismo y temas cívicos y sociales.
Estas dos poesías transmiten un sentimiento de admiración hacia dos personajes mediante la brillante exaltación de dos héroes: uno americano (Caupolicán) y otro estadounidense (Walt Whitman); a través de catorce versos y distintos recursos Rubén Darío nos deleita con dos de sus poemas más cívicos.

"J.J.Palma" y "Salvador Díaz Mirón" (Azul...)

(Ensayo de Ignacio Linares, Franco Meilij y Gerónimo Noya)

Rubén Darío presenta una importante diversidad en cuanto a los temas, estructura, recursos y fuentes con respecto a sus poemas. Nosotros nos encargaremos de realizar un análisis comparativo entre los poemas “J. J. Palma” y “Salvador Díaz Mirón”, ambos pertenecientes al libro Azul…
En el poema  “J.J. Palma”, Darío honra al escritor cubano José Joaquín Palma. Comenzando por la estructura, está compuesto por cuatro estrofas. Las primeras dos están compuestas por cuatro versos, en cambio las dos últimas por tres. El poema es un soneto de catorce versos alejandrinos, es decir, contienen catorce sílabas cada uno. En las primeras dos estrofas la rima se desarrolla en formato ABAB, estos serventesios contienen rima consonante con palabras agudas en “il” en el 2º y 4º verso (sutil, buril, marfil, pastoril). En la tercera estrofa, la rima también es consonante y se desarrolla en formato CDC mientras que la última DCD, por eso se dice que son tercetos encadenado por palabras agudas en  “al” (metal, triunfal, cristal). Estas características de la métrica contribuyen a la musicalidad del poema.
En cuanto a los temas que trata este soneto se pueden identificar distintas características provenientes del modernismo. Los poemas de Darío fueron dirigidos a una élite, es por eso que no todos podían entenderlos, ya que había que tener una educación previa.  Se pueden encontrar palabras que refieren al parnasianismo, por ejemplo: “corintio templo”.  La trasposición de las artes es otro rasgo perteneciente a este movimiento: “trompeta de metal”, “flauta de cristal”, “vaso de marfil”. Estos elementos representan el lujo o la belleza. Otro tema importante es el exotismo el cual se ve en la referencia a personajes como: “… Diana, diosa virgen de desceñida ropa”. También menciona al escultor italiano Benvenuto.
Podemos decir que Rubén Darío se basó en distintas fuentes al escribir este poema. Una de las principales es la fuente griega. En “J.J. Palma” se puede identificar a través de expresiones como “corintio templo” y  “diosa virgen”. La mención de distintos personajes como Benvenuto contribuye al exotismo evocado a lo largo del poema.
Al analizar los recursos, podemos encontrar de distinto tipo. En la primera estrofa, se puede identificar una anáfora:
Ya de un corintio templo cincela una metopa,
ya de un morisco alcázar el capitel sutil;
ya, como Benvenuto, del oro de una copa
Este recurso contribuye a la musicalidad, al mismo tiempo sirve para hacer hincapié en las ideas que Darío intenta expresar. También se puede identificar una comparación: “como Benvenuto”. Para continuar pudimos encontrar dos hiperbatones:
La musa que al poeta sus cánticos inspira
no lleva la vibrante trompeta de metal,
…………………………………………………………
y ella al cantor ofrece la septicorde lira
que ayudan a la musicalidad del poema y enfatizan su tono de superioridad.
Finalmente, encontramos dos elipsis verbales en un mismo verso; refuerzan el aspecto estético del verso, importa el cómo decirlo, no el qué:
en el amor fogosa, y en el placer triunfa”
          Por otro lado, el soneto “Salvador Díaz Mirón” presenta una métrica de cuatro estrofas. Las dos primeras poseen cuatro versos dodecasílabos mientras que las últimas tienen tres. La rima es consonante, distribuida ABAB en las dos primeras estrofas, es decir que en los cuartetos presenta rima de serventesios. Refiriéndonos a las últimas estrofas, estas tienen rima CCD y EED respectivamente, por lo que la rima de los tercetos se muestra encadenada. En este poema no aparecen palabras esdrújulas ni agudas al final de ningún verso, hecho que facilita la rima del mismo.
Uno de los temas que se puede identificar rápidamente en este soneto es el ocultismo. Aunque parece describir a una persona, ya en la segunda estrofa habla de que realmente se refiere a una idea que es develada al final del poema: la libertad. Sobre esta hace una reflexión acerca de su naturaleza: como los seres humanos somos libres el yo lírico está haciendo una reflexión acerca del sentido de la vida del hombre y la mujer. Es por eso que pensamos que el poema tiene un tema ocultista.
Al escribir estos poemas el autor nicaragüense se basó en distintas fuentes a fin de hacerlos más profundos. Una de las fuentes que pudimos identificar fue la grecolatina ya que en un momento hace alusión a la “lira” que es un instrumento de cuerda, semejante a un arpa, cuyo origen es atribuido al dios olímpico y mensajero, conocido como Hermes. También se basa en lo americano o indígena ya que habla del “hijo del Nuevo Mundo” y de los búfalos americanos y el águila.
Con respecto a los recursos,  comenzaremos señalando dos enumeraciones:
que aman las tempestades, los Océanos;
las pesadas tizonas, las férreas clavas,,
…tiene cráteres y vierte lavas;
del Arte, recorriendo montes y llanos,
van tus rudas estrofas, jamás esclavas,
Para continuar, hay una comparación que le da un significado más profundo a la ya mencionada “idea” y crea, en el lector, una imagen de esta “idea” más visible:
“como un tropel de búfalos americanos”
Y, para finalizar, hay una exclamación claramente con el objetivo de resaltar el valor del poeta que da título al soneto:
¡Hijo del Nuevo Mundo!
            Para concluir, podemos decir que estos sonetos de Rubén Darío presentan claras características del modernismo. Asimismo, si bien presentan diferencias, están seriamente relacionados entre sí a través de distintos elementos como fuentes, recursos, estructuras, entre otros.

martes, 28 de septiembre de 2010

"Blasón" (Prosas profanas)

(Ensayo de Paula Santiá y María María Sánchez)
Rubén Darío nos muestra en su obra literaria un quiebre en la concepción de la poesía y una nueva forma de escribir. Este escritor fue el principal precursor de la revolución del Modernismo, en la cual la parte estética, musical y rítmica va a la par del contenido poético en cada poema. Para lograr este cambio radical en la manera de escribir, Darío tuvo influencias del Romanticismo, de los parnasianos y también fue de gran importancia su admiración por los simbolistas. “Blasón” es un poema dedicado a la Condesa de Peralta, mencionada en la última estrofa, pero lo trascendental de este poema es que tiene un símbolo importante del modernismo y contiene significativos rasgos de este movimiento. Darío busca la perfección a través de sus palabras para lograr una musicalidad perfecta, una regularidad en la métrica de las estrofas y el uso de un lenguaje complejo. De esta forma le da un aspecto y un contenido más profundo al poema y más hermoso a los ojos del lector. A través de este ensayo vamos a realizar un análisis detallado del poema “Blasón” que representa  todo lo que caracteriza al modernismo, desde la belleza estética y la sensualidad, hasta la presencia de reminiscencias mitológicas y símbolos.
Si vemos detenidamente estrofa por estrofa, podemos percatarnos de cómo Rubén Darío nos describe la fantástica figura del cisne, relacionándolo y ubicándonos en el siglo XVIII, época de la monarquía francesa. En las estrofas 1 y 2 se le introduce al lector el principal símbolo y personaje del poema, se describe al cisne. Esta imagen es realizada a través de la igualación con distintos objetos; asemeja la blancura del animal con la de la nieve, o el pico rosado con el ágata. En la primera estrofa podemos observar la presencia de un recurso literario, la comparación:
…que abre el sol como un casto abanico…
al igual que en la segunda:
…es su cándido cuello, que inspira
como prora ideal que navega...
Analizando las estrofas 3 y 4 vemos cómo Rubén Darío magnifica la belleza del animal y deja conocer al lector el origen del mismo. Al mencionar a Da Vinci, gran artista del Renacimiento, el autor nos deja inferir que el cisne en realidad representa el arte. En estas estrofas observamos otro recurso literario, la hipérbole:
…su victoria ilumina el Danubio…,
siendo el Danubio el segundo río más largo de Europa. En cuanto a las estrofas 5 y  6, estas prosiguen con la grandeza del cisne, y con la descripción del mismo a través de la comparación. En la estrofa 7, ya el autor nos vuelve a ubicar en el siglo XVIII, en la monarquía francesa. Hace esto mencionando a Pompadour. En las ultimas dos estrofas, la 8 y la 9, Rubén Darío  comienza a despedirse del lector, y nos deja remarcado el hecho que la monarquía debería apreciar más lo que es el cisne, es decir, el arte y la poesía. En estas últimas estrofas encontramos recursos literarios como la reiteración:
…Boga y boga en el lago sonoro…
y la anáfora:
                                             …Donde el sueño de los tristes espera,
donde aguarda una góndola de oro…
Podemos así observar cómo todos estos recursos son utilizados con el fin de exaltar la grandiosidad del cisne, la grandiosidad de la poesía.
Si nos detenemos en la estructura del poema, el mismo consta de nueve serventesios decasílabos, estrofas de cuatro versos de diez sílabas cada uno. Por esta organización podemos afirmar que “Blasón” es un poema de arte mayor. El autor recurre tanto a sinalefas como hiatos y diéresis para lograr la regularidad en la métrica. Por ejemplo, vemos en el siguiente verso el uso de la sinalefa:
lus-trael-a-laeu-ca-rís-ti-cay-bre-ve
Esta búsqueda de la perfección de su obra nos muestra qué tan importante era para Rubén Darío la forma. De esta manera, el poeta trasmite su mensaje no solo por medio del contenido sino también, de la estructura del poema. Gracias al vocabulario específicamente elegido, que también demuestra un gran interés en la regularidad de las estrofas, Darío logra un poema con una rima consonante perfecta del tipo A B A B como corresponde a un serventesio.
Con respecto al vocabulario en sí, el léxico elegido por Darío denota una admiración por lo exótico, una característica del modernismo, haciendo frecuentes referencias a temáticas que implican delicadeza, refinamiento, elegancia como la de las flores (“blancos rosales”), las piedras preciosas (“el ágata”), los animales exóticos (el cisne), la música (“de la forma de un brazo de lira”) y los materiales lujosos (“campos de seda”, “lino” y “armiño”). Además, el poeta hace constante alusión a la mitología (“colinas de Leda”) y a personajes de la realeza o nobles (“Lohengrín”) dándole al poema un aire de divinidad y pureza, el mismo aire que despide el cisne en su andar. Así, Rubén Darío realiza una analogía  entre el animal y el arte; compara la blancura, suavidad, sensualidad, perfección del cisne con la de la poesía. No en vano, el poeta incluye a “Vinci” en su obra como ya hemos mencionado anteriormente.
En cuanto a las características del Modernismo en “Blasón”, podríamos decir que el poema representa perfectamente esta revolución literaria. En primer lugar, “Blasón” cuenta con un símbolo de gran importancia: el cisne. Esta ave es la que Rubén Darío adopta como símbolo por excelencia del arte modernista por múltiples razones: por ser el ave del dios Apolo, ya que este movimiento literario siempre acudió a las fuentes clásicas griegas y latinas; porque encontró en la figura del cisne las características ideales de este movimiento literario (la sensualidad, la nobleza y la aristocracia) y porque el cisne representa, a su vez, la pureza que podemos ver destacada en la blancura de su cuerpo. Podemos ver perfectamente cómo, a lo largo de “Blasón”, el cisne es reiteradamente descripto, y en esta descripción su blancura resaltada:
El olímpico cisne de nieve
Con el ágata rosa del pico
En segundo lugar, Darío menciona a nobles y a reyes para darle al poema esa distinción aristocrática que, como mencionamos anteriormente, es una característica del modernismo:
Blanco rey de la fuente Castalia,
Su victoria ilumina el Danubio;
Vinci fue su varón en Italia;
Lohengrín es su príncipe rubio.
La historia del cisne en este poema está acompañada de reyes así como también de dioses, los cuales brindan al poema un tono sagrado y el decorado deseado del modernismo.
Así, el simbolismo del cisne y la referencia a la nobleza y a la cultura antigua se interponen constantemente. El autor recurre al mito de Zeus seduciendo a Leda, exaltando la sensualidad del cisne al subir a las colinas o senos de Leda para besarla:
Es el cisne, de estirpe sagrada,
Cuyo beso, por campos de seda,
Ascendió hasta la cima rosada
De las dulces colinas de Leda.
En esta cita podemos observar cómo el autor describe al cisne como sagrado y también lo delicado de los movimientos del mismo al relacionar su beso con “campos de seda”.
El cisne es un símbolo de la pureza, lo cual Rubén Darío lo representa a través de la blancura y perfección del mismo. A su vez el mismo cuello del cisne representa una embarcación:
De la forma de un brazo de lira
Y del asa de un ánfora griega
Es su cándido cuello, que inspira
Como prora ideal que naveg.
En esta cita podemos ver también la presencia, que anteriormente mencionamos, recurrente de fuentes griegas, que aquí representan la embarcación que navega.
El cisne es, en fin, la menos terrenal y la más aristocrática de las aves, representa la revelación de la luz nueva y el emblema de la claridad que nace a través de la blancura de su plumaje. Es aristocrática por la pureza de su color blanco nieve y por su asociación con las cosas más delicadas. Rubén Darío resalta la belleza, la forma y elegancia del cisne, sus movimientos sutiles y su perfecta blancura; de Leda destaca la sensualidad, la pureza y lo que la hacen digna de que un dios como Zeus la tome a ella.
Además, podríamos decir que Darío  también utiliza esta analogía entre el cisne y la poesía para expresar su insatisfacción hacia la burguesía por no apreciar este tipo de arte cuando escribe:
Dad, condesa, a los cisnes cariño
Asimismo se puede observar claramente en el poema la trasposición de las artes (otra característica típicamente modernista): en su métrica y rima vemos reflejada la música; en sus descripciones detalladas y perfectas, la escultura; y en el efecto cromático logrado gracias a la adjetivación y comparación, la pintura.
Los temas abordados son también los propios del Modernismo. Se destaca el erotismo y la sensualidad representados principalmente por Leda, por los sutiles movimientos del cisne y por la misma belleza estética del poema. Lo exótico es igualmente recurrente, aparecen múltiples referencias a la mitología de la antigua Grecia que denotan el recurrir a escenarios alejados tanto en espacio como en tiempo. Por último, no tan presente como los anteriores pero igualmente importante, encontramos temas cívicos: Darío utiliza su obra para criticar sutilmente la falta de ambición por la cultura departe de la clase social más alta, la falta de aprecio por el arte del lado de la burguesía.
A modo de conclusión, este gran autor tiene la capacidad de lograr una revolución literaria, en la cual él adopta a un animal, el cisne, como símbolo de la misma. Este ícono y escudo emblemático  es un animal delicado pero majestuoso y presente en los mitos clásicos. Este cisne oculta vitalidad, nobleza y fragilidad, es decir, la inspiración del modernismo, que contribuyen a su vez con la sensualidad en el estilo de Rubén Darío. El poeta logra reunir en “Blasón” la mayoría si no la totalidad de los rasgos distintivos del modernismo: no solo su temática sino también su estructura externa y su vocabulario  denotan una gran influencia tanto parnasianista como simbolista.