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lunes, 18 de octubre de 2010

"Catulle Mendès" Y Leconte de Lisle" (Azul...)

El excelente poeta, iniciador y máximo representante del Modernismo literario en lengua española, Rubén Darío, en muchos de sus poemas es influenciado por el parnasianismo. Este movimiento poético, que se opone al Romanticismo, fue originado en Francia aproximadamente en 1866 por distintos poetas como Leconte de Lisle, Théodore de Banville, Sully Prudhomme, Catulle Mendès, entre otros. En este listado de los fundadores del parnasianismo, encontramos el nombre de dos que dan título a poemas escritos por Rubén Darío: “Catulle Mendès” y “Leconte de Lisle”. En este ensayo, compararemos la estructura, temas, recursos y fuentes de dichos poemas.
Para comenzar, “Catulle Mendès” es un retrato lírico del poeta admirado por Rubén Darío. En este poema, se ve reflejada la influencia del parnaso ya que se describe un guerrero en su máxima expresión. El poeta nicaragüense retrata al personaje haciendo uso de una gran diversidad de adjetivos los cuales componen el poema con completa rima y musicalidad. Además, es un soneto compuesto por dos cuartetos y dos tercetos de versos alejandrinos, en los que utiliza rima consonante y aguda en varios versos. El poeta ubica al personaje en una posición de completa belleza y sensualidad:
sus músculos de atleta soportan la armadura…
Cada palabra escrita por Rubén Darío expresa un cierto deseo de sensualidad y amor, esto lo podemos notar cuando hace referencia a la mujer:
la carne femenina prefiere su pincel
Por otro lado, el lector puede percibir la fuente grecorromana ya que hace mención a la ciudad de Capua, dando a entender  la importancia de la misma durante el imperio romano. Rubén Darío sitúa al personaje en un papel de suma importancia y valor, ya que lo describe como un gran guerrero triunfante. El final de este poema hace referencia a su poder:
Vencido hubiera en Grecia, vencido hubiera en Roma,
en todos los combates del arte o del amor.
En el siguiente verso se ve el uso del helenismo para referirse a las relaciones íntimas y amorosas:
Canta de los oarystis el delicioso instante,
los besos y el delirio de la mujer amante
A su vez, en el cuarto verso, Rubén Darío muestra la belleza de la mujer angelical a través de una imagen visual y gustativa para expresar la dulzura y tentación causada por una mujer:
pero él busca en las bocas rosadas leche y miel

“Leconte de Lisle” es un soneto que cuenta con 14 versos alejandrinos agrupados en dos cuartetos con rima de serventesios y dos tercetos encadenados por la rima consonante. En los cuartetos utiliza la misma rima aguda en “ón”, en los versos pares (ABAB ABAB) y en los tercetos la rima aguda en “al” en el tercer verso (CCD EED). El  título, al igual que en el poema mencionado anteriormente, hace referencia a uno de los poetas parnasianos franceses más leídos y admirados por los modernistas hispanoamericanos, Leconte de Lisle. Es por eso que este poema tiene principalmente influencias parnasianas. La palabra parnaso es de origen griego y hace referencia a la cima del monte Parnaso donde estaban las diosas menores, las musas. Aquí es donde encontramos relación con el poema, cuando Rubén Darío escribe:
de las eternas musas el reino soberano.
Esta cita presenta a los personajes que juegan un rol muy importante en el significado del poema, ya que le otorgan belleza y perfección al mismo. Las musas son las diosas  inspiradoras de la música y, según las nociones posteriores, divinidades que presidían los diferentes tipos de poesía, así como las artes y las ciencias. 
Además, podemos decir que este poema tiene como fuente el Lejano Oriente,  lo que es claramente visible cuando hace referencia al mundo hindú mediante la siguiente  comparación:
como un rajah soberbio que en su elefante indiano
por sus dominios pasa de rudo viento al son
También a través del hipérbaton:
tú de fakir conoces secretos y avatares
Y a su vez se ve reflejado este exotismo en el siguiente verso:
“fulgor de Ramayanas tu viva estrofa encierra”
Rubén Darío construye este poema de una manera exquisita, con la cual hace que el  lector sienta color, olor y sabor. El poeta nos expresa la sensación oriental:
a tu alma dio el Oriente misterios seculares,
 visiones legendarias y espíritu Oriental.
Rubén Darío nos muestra la total inspiración y admiración que tiene hacia el mundo Oriental, específicamente, la India, ya que Ramayanas, es el antiguo sáscrito de la mitología hindú, es decir, la lengua clásica de la India.
A modo de conclusión podemos decir que en ambos poemas, Rubén Darío nos muestra su admiración por Leconte de Lisle y Catulle Mendès, a la vez que nos deleita con el maravilloso uso de recursos que se ven potenciados en la musicalidad de sus versos.

martes, 12 de octubre de 2010

Temas de mock exams (Redactar un texto de 500 a 600 palabras)

a)     Un crítico ha dicho que, aunque en los poemas de Darío faltan temas importantes, hay una musicalidad inolvidable. ¿Está de acuerdo? Justifique haciendo referencia a un poema de cada libro (Azul…, Prosas profanas)
b)     “En el poema ‘Coloquio de los Centauros’ Rubén Darío presenta la dual condición humana, animal y racional”. ¿Está de acuerdo? Realice un análisis detallado del poema teniendo en cuenta este aspecto señalado por un crítico.
c) ¿Hasta qué punto se puede decir que los poemas de Rubén Darío más conocidos son los eróticos? Justifique su respuesta haciendo referencia a dos o tres poemas estudiados de la lista.
d) “En sus poemas hay un conjunto integrante de imágenes, ritmo y lenguaje”. ¿Está de acuerdo con esta crítica de la obra de Rubén Darío? Responda con referencia detallada a tres poemas como mínimo.
e)  Según un crítico, a Darío “la mujer le fascina”. ¿Está de acuerdo? Dé su opinión, refiriéndose a tres poemas como mínimo.
f)    ¿Por qué dicen muchos críticos que “Era un aire suave” representa la nueva poesía de Rubén darío? Dé su opinión con un análisis detallado de este poema.

viernes, 1 de octubre de 2010

Últimas palabras sobre el poeta

Rubén Darío poetizó el gozo de vivir y el temor a la muerte, dio vida a todos los metros y estrofas del pasado, incluso a los que sólo ocasionalmente fueron cultivados, haciéndolos sonar con imprevistos cambios de acento. también intentó un lenguaje rítmico sin salir de la versificación regular.Apeló contra dos venenos de la poesía de fines del siglo XIX: la chabacanería y la vulgaridad.
En Rubén Darío se realiza el más sorprendente mestizaje poético: simbolismo, parnasianismo francés, corrientes estéticas de España, fuentes indigenistas de la poesía náhuatl (la más inmediata ya que él era chorotega) y de los poetas mayas.
Mestizar la poesía con el pretexto de modernizarla hasta crear el movimiento modernista será la síntesis de la tarea de Rubén Darío. Por la forma y profundidad de sus temas, R.D. es americano, por la preocupación por los problemas humanos y sociales de nuestro continente, es americano.

Parnasianismo y simbolismo

Parnasianismo                                                           Simbolismo
*inspiración en Grecia, China, India                          *civilizaciones antiguas, Edad media, leyendas nórdicas
*cuidado por la forma                                               *poesía sugestiva
*trasposición de las artes (escultura, música,              *evocación (sugerir, no decir)
pintura)
*sonoridad verbal (rima)                                            *musicalidad, rima rica (palabras agudas)
*gusto por el lujo, lo exótico                                      *paisaje del ensueño interior, de misterio
*objetividad                                                               *sentimentalismo (herencia romántica)
*distintas formas estróficas adecuadas al tema             *verso libre
*poesía helenizante                                                     *arte de minorías

*elección de palabras por el efecto fónico, símbolos, onomatopeyas, aliteración.

"El poeta pregunta por Stella" (Prosas profanas)

Algunos puntos para elaborar un ensayo del poema:
métrica: cuatro estrofas (silvas), las tres primeras de cuatro versos y la cuarta de seis
            combina versos heptasílabos y alejandrinos sin una estructura fija (a gusto del autor)
             rima asonante (ie) en los versos pares
recursos: repetición, anáfora, apóstrofe lírico (lirio), apóstrofe interrogativo, símbolos (lirio, cisnes), adjetivos, personificación
temática: poema erótica, la mujer espiritual,estrella, guía del poeta
              tristeza del yo lírico por la pérdida de la mujer amada (esposa muerta)
fuentes: simbolismo, griegas, parnasianismo

"Coloquio de los centauros" (Prosas profanas)

(Ensayo de Consuelo Castellanos, Macarena Costanzo, Ámbar De Waegemaeker y Pilar Ordóñez)

     En este ensayo intentamos analizar con profundidad ciertos aspectos del poema “Coloquio de los centauros”, incluido por Rubén Darío en Prosas profanas, aspectos como estructura externa, temática y personajes.
    Una característica relevante del poema es la estructura, además de ser un poema dedicado (como algunos de la colección) al escritor y erudito francoargentino Paul Groussac, está escrito a modo de diálogo  dramático pues es posible reconocer prólogo, desarrollo y epílogo.
       Este poema está compuesto por treinta y seis estrofas y doscientos doce versos; un yo lírico comienza presentando el lugar y el tiempo en cuatro estrofas y veintidós versos.
    Considerando la métrica del poema, es decir, los caracteres técnicos que hacen a una buena y entretenida comprensión de la obra, podemos decir que en “Coloquio de los Centauros”,  Rubén Darío, como gran parte de los poetas modernistas, le da una gran importancia a la relación entre la poesía y la música. Esto explica la gran musicalidad y ritmo del poema que analizamos. Está compuesto por doscientos doce versos alejandrinos, es decir, son versos de catorce sílabas, y rima consonante en grupos de pareados (de a dos versos). Baste como ejemplo la primera estrofa:
En la isla en que detiene su esquife el argonauta             14 síl.  A
Del inmortal Ensueño, donde la eterna pauta                   14 síl.  A
De las eternas liras se escucha: - Isla de Oro                    14 síl. B
En que el tritón elige su caracol sonoro                            14 síl. B
Y la sirena blanca va á ver el sol - un día                          14 síl. C
Se oye un tropel vibrante de fuerza y de harmonía.         14 síl. C
    Desde el punto de vista de la temática, en el poema encontramos una gran variedad de temas, entre ellos se encuentran la naturaleza, la muerte, la mujer y, por último, el amor.
    En primer lugar, la isla de los Centauros, presentada en la primera estrofa, es calificada como Isla de oro porque el oro es el símbolo de naturaleza espiritual, lo que aparece en las simbologías esotéricas de todos los tiempos. Este mineral refleja el lugar de pertenencia de los personajes que describe Rubén Darío. De esta manera podemos descubrir la mirada del autor hacia la mitología griega y el mito del Centauro. Por otro lado, la naturaleza responde a la aparición de los centauros, esto se puede ver por ejemplo cuando la montaña nota que los centauros están ahí en la isla y el conjunto de ellos ya son parte de ‘la apariencia’ de esta. También el autor presenta la idea de Divinidad, que lleva consigo el tema de la creación del mundo y, por ende, la naturaleza. Mediante este poema, Darío resalta la separación entre la Divinidad y la naturaleza. Un ejemplo de esto se ve reflejado en la presencia de personajes que no pertenecen al mundo natural, ya que sus cuerpos están compuestos por caballos y por humanos. Con todo esto se puede deducir la postura de Rubén Darío, ya que decide basar su poema en personajes que no son del todo naturales y, por ende, crea una separación también entre los seres divinos que no son naturales y estos seres mitológicos.
  La muerte es uno de los temas principales en este poema, y está representado de diversas formas. Por un lado, Rubén Darío la muestra como el puente de relación entre los titanes y los hombres, ya que las musas cantan la muerte de los Titanes, lo que suponía el fin del mal frente al bien. Pero el pecado original que parte de los Titanes se transmite a los hombres, por medio de la reencarnación:
He aquí que renacen los lauros milenarios
terminarán en la Unión final con la divinidad
         Esa Unión última se producirá desde la fusión de los contrarios:
Y anímase en mi cuerpo inmortal
la sangre del celeste caballo paternal.
      Por medio de los personajes de Arneo y Quirón, Darío muestra la tensión fundamental de los contrarios, la de la vida y la muerte: la Vida se origina desde la Muerte; la Muerte es la causa de la Vida; una y otra se necesitan inexorablemente, no pueden existir por separado:
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana
       Puesto que los dioses son inmortales, al faltarles el opuesto de la Vida, esto es, la Muerte, tampoco tienen vida verdadera. Ésta es, pues, un privilegio de los mortales:
La Muerte es la victoria de la progenie humana.
      Un símbolo como la palmera tiene relación con el Sol en sus ciclos de vida y muerte, esto es, de muerte y resurrección; por lo tanto la palmera simbolizaría la gloria e inmortalidad, estaría simbolizando el triunfo sobre la Muerte.
        Otro personaje relacionado con este tema es Apolo que puede acompañarse del trueno, que procede de las regiones inferiores y está relacionado con la muerte.
        Los centauros concluyen su coloquio en torno al tema de la muerte. La destreza de Darío crea un ambiente  donde estas imágenes míticas reflejan la preocupación del autor por este tema. Se establece otra vez la conexión entre el carácter metafísico, esotérico de la muerte y el destino del hombre. La muerte, sobre todo, permanece en el misterio, y ostenta un carácter dual, como gran parte de los temas del poema: terrorífica y dulce, temida y deseada.
       Finalmente, la imagen simbólica de la mujer que se plasma en los versos es en gran medida ambivalente, con tendencia a lo negativo, salvo la imagen que transmite Quirón. La mujer es para los centauros, a la vez, belleza que embriaga de modo sublime y portadora de muerte. Hipea es el centauro más misógino del poema, su aversión a la mujer está presente en su intervención:
Yo sé de la hembra humana la original infamia.
Venus anima artera sus máquinas fatales,
Tras los radiantes ojos ríen traidores males,
…………………………………………………
Ella la causa fuera de inenarrable espanto:
Por ella el ixionida dobló su cuello fuerte.
La hembra humana es hermana del Dolor y la Muerte.
 
        Por lo analizado hasta aquí, puede decirse que el poema contiene la filosofía de la existencia, según Rubén Darío, expresada en forma dialogada, por lo que para algunos críticos emparentan este poema con el discurso dialéctico.
 
 Analizando los personajes, diremos que los dieciocho centauros que dialogan fueron tomados de la Metamorfosis de Ovidio (poeta latino del siglo I a.c.). Los centauros son un ser híbrido que expresa la dualidad alma-cuerpo a través de su naturaleza, implica una unión de planos de realidad del mundo humano y el animal, que participa de la forma del hombre, en su pieza superior, y de la bestia, el caballo, en su pieza inferior. Los centauros son un símbolo que encarnan lo divino y lo mundano. A su vez, ellos mismos, parecen estar organizados jerárquicamente; por ejemplo la figura de Quirón se perfila claramente como voz de la sabiduría, mientras que los otros centauros le siguen en valor menor, desde el más ideal hasta el más carnal. Por otro lado, entre los mismos centauros, los hay “buenos” (Quirón y Folo) y los hay malos (los demás). Estas diferencias no perturban el hecho de que en el territorio de lo mítico vayan a “galope rítmico”, formando un patrón. Mencionamos algunos de los más significativos por las ideas que defienden.
QUIRÓN es un centauro inteligente, sabio y de buen carácter. Asume un rol notable como maestro de la humanidad, encarnación simbólica de la sabiduría de un tiempo eterno, siempre presente, y elemento de unión entre lo divino y lo humano encarnado en su naturaleza dual. Es el maestro de maestros (fue tutor de Aquiles, Teseo y Jasón, según la mitología griega). Se sabe, además, que la instrucción de Quirón no es puramente verbal o racional,  supone la transformación del discípulo. Cuando los centauros empiezan a hablar, es Quirón quien habla primero. Quirón es intermediario entre el mundo perceptible y el de la temporalidad, el de los dioses y el humano, lo que expresa no sólo su figura híbrida de caballo y ser humano, sino su trasfondo mítico como transmisor de conocimiento. Habla de forma positiva sobre la mujer. Por otro lado, Reto dice que Quirón es, inmortal, en esencia (“por do salir no pudo la fuente de tu vida”) y es “Padre y Maestro Excelso”:
Eres la fuente sana
de la verdad que busca la triste raza humana
     Quirón justifica su ciencia, como lo vemos en el siguiente verso:
La ciencia es flor del tiempo: mi padre fue Saturno
ABANTES interviene con un elogio a la Naturaleza, a la que califica de sagrada. Sostiene que bajo la apariencia de lo diverso, está lo Uno: ¨un mismo secreto¨, ¨una misma norma¨, que surge del ¨vientre de la tierra¨.
FOLO alude al origen mitológico, mostrando un ser rompiendo la maleza natural, calificada como cárcel. El centauro puede nutrirse de alimento superior que el sátiro (otro símbolo de un ser dual inferior en la escala). Folo tiene la ¨esencia humana¨ que le hace desear a las ninfas de la diosa virgen. Al mismo tiempo va nombrando divinidades de la Naturaleza  como Eos-Aurora, Iris y los sátiros.
ORNEO es un centauro con pensamiento dualista limitado, desde su posición sostiene que las cosas siempre son lo que parecen, ¨el cuervo es malo y la torcaz es buena¨.
ASTILO es consciente de la existencia de un plano superior de interpretación, que en el poema es llamado Enigma, donde los opuestos se reconcilian. ¨El Enigma es el soplo que hace cantar la lira¨.
HIPEA sostiene que Venus es diosa doble o con máscara; debajo de su rostro radiante se esconde el dolor y la muerte.
CLITO dice que la Naturaleza, como una Madre, muestra las señales para la comprensión del Enigma; pero su secreto sólo se entiende con la inspiración divina que reciben los videntes.
ARNEO, junto a Quirón, trata de la tensión fundamental de contrarios, la de la vida y la muerte: la Vida se origina desde la Muerte; la Muerte es la causa de la Vida; una y otra se necesitan inexorablemente, no puedan existir por separado:
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana.
EURETO dice que el hombre, con la arcilla de Prometeo y el fuego que éste robó a los dioses, obtuvo la vida y, con ella, el poder sobre la muerte.

      El poema se cierra con un retorno al principio, las imágenes retoman movimiento después del diálogo de los centauros sobre el tema de la muerte. Todo el poema encarna el drama de la coexistencia misteriosa de la existencia humana que se  bate entre la discontinuidad de los seres con el principio y la continuidad esencial con el mismo. Por esto el "Coloquio de los centauros" puede ser considerado como una filosofía de la existencia, un poema metafísico con mayúscula.

"El reino interior" (Prosas profanas)

(Ensayo reelaborado a partir del redactado por Paula Horrocks, Camila sarría y María Porta)

En sus obras, Rubén Darío busca alcanzar constantemente la belleza. Para el poeta nicaragüense la belleza es el fin exclusivo del arte y de la vida, lo que  origina tensión constante en su poesía. Prosas profanas es un conjunto de poesías que describen un mundo de fantasía y misterio repleto de princesas, cisnes, reyes, caballeros, bondad, riqueza, hadas misteriosas y otros personajes mitológicos. “El reino interior” es uno de estos poemas. Está compuesto por ocho estrofas en lasa que predominan los versos de arte mayor; se estructura métricamente en silvas, estrofa formada por veros heptasílabos y alejandrinos, que en algunos casos se prolongan en el verso siguiente. Emplea el heptasílabo como mitad exacta del alejandrino. En cuanto a la rima, es consonante pero en cada estrofa está distribuida de manera diferente, es decir, no sigue una estructura determinada de sonido y ritmo, como podemos ver en la siguiente silva:

Una selva suntuosa                                            7 síl.                   A
en el azul celeste su rudo perfil calca.               14síl.                   B
Un camino. La tierra es de color de rosa,          14síl.                   A
cual la que pinta fra Doménico Cavalca            14síl.                   B
en sus Vidas de santos. Se ven extrañas flores   14 síl.                  C 
de la flora gloriosa de los cuentos azules,          14 síl.                  D
y entre las ramas encantadas, papemores           14 síl.                  C
cuyo canto extasiara de amor a los bulbules.      14 síl.                  C
Esto demuestra la preocupación del poeta por la forma del poema. No hay dos poemas que presenten la misma estructura externa en Prosas profanas.
Deteniéndonos en el vocabulario, podemos apreciar una tendencia a los vocablos que remiten a un mundo exótico ("armas ricas de Oriente", "satanes verlenianos de Ecbatana"); otros términos remiten a un mundo refinado y culto ("selva suntuosa", "La vida le sonríe rosada y halagüeña”, “cuyo canto extasiara de amor", "¡Alabastros celestes habitados por astros", “Sus vestes son tejidos del lino de la luna.”), pero siempre un vocabulario sonoro.  También se puede apreciar una característica propia de cuentos infantiles, donde se retratan a princesas atrapadas (“¡Yo soy la prisionera que sonríe y que canta!”, “Y las manos liliales agita, como infanta real en los balcones del palacio paterno.”) y  personajes “malos” (“Sus labios sensuales y encendidos, de efebos criminales, son cual rosas sangrientas”). Se destacan campos semánticos que connotan refinamiento, como el de las flores ("blancas rosas ", " rosas sangrientas", "las púrpuras”, “liliales”), el de las piedras preciosas (“perlas y diamantes"), el de los materiales de lujo ("lino", "oro, “seda") o el de la música ("lira", "laúdes”). Recurre con frecuencia a personajes y elementos propios de la mitología griega y latina (“efebos”, “carbunclos”) y a nombres de lugares exóticos (“Ecbatana”).
Así vemos que el autor busca siempre la forma de embellecer el texto. Las exclamaciones (“¡Oh fragante día! ¡Oh sublime día!”), las imágenes (“La tierra es de color de rosa”), las interrogaciones retóricas (“¡Oh! ¿Qué hay en ti, alma mía?”), y otros recursos expresivos terminan de “decorar” el texto. Entre estos destacamos las alegorías de las siete princesas que representan a “las siete virtudes” y la de los “siete mancebos” como “los siete pecados capitales”, encabalgamientos como:
Se ven extrañas flores
de la hora gloriosa de los cuentos azules,
distintas repeticiones de palabras como “liras”, “alabastros”, “princesas”; una enumeración (“oro, seda, escarlata, armas ricas de Oriente”) y el paralelismo final:
¡Princesas, envolvedme con vuestros blancos velos!
¡Príncipes, estrechadme con vuestros brazos rojos!
    En “El reino interior” el autor busca determinar y explicar la conducta del alma humana y la contemplación de la belleza.  El primer lugar, podemos observar la variedad de motivos culturales, de épocas y ambientes muy diversos, que inspiran a Darío en la concepción de este poema: la filosofía antigua y medieval. Es posible detectar la ambientación medieval que se generaliza en el texto, como demuestra la imagen de la Infanta encarcelada en la torre desde su niñez. Al analizar los aspectos éticos y estéticos, nos encontramos con una descripción impresionista en el inicio del poema: la selva que “calca su perfil en el azul celeste”, la cual presenta una imagen pintoresca de la escena. Las flores representan una naturaleza literaria y el poeta las incluye en una “flora gloriosa” que sólo adquiere realidad en los “cuentos azules”, con lo que da un toque musical y pictórico al texto, como corresponde a un poema modernista. Incluye también aves de rango exquisito, como el papemor, cuyo canto es capaz de “extasiar de amor” a los bulbules (los ruiseñores). El ambiente medieval que se presenta resulta muy eficaz a la hora de transmitir una idea de belleza. El verso 15 —y los que siguen— apunta hacia una belleza mucho más profunda. Por tanto, el poeta es capaz, dentro de ese universo analógico, de comprender el lenguaje de la naturaleza y de transmitirlo en forma de poesía, que viene a ser la expresión del lenguaje de la naturaleza, que el poeta relaciona y traduce con palabras inteligibles. Pero la poesía tiene su origen en él.
En este poema, vemos reflejadas las influencias que marcan al poeta. En primer lugar, el simbolismo enmarca el contenido del poema en su totalidad ya que el autor se adentra en un mundo profundo, más allá de lo real. Darío hace también una referencia, después de la dedicatoria, a uno de los pioneros del simbolismo en Estados Unidos en el epígrafe del poema (“… with Psychis, my soul! Poe”). El autor habla desde un “yo lírico”, retratando la lucha interior entre lo bueno y lo malo: las virtudes y los vicios. Usa los símbolos para hablar de la tentación; crea una historia poética en la que busca un símbolo para cada cosa: las princesas para las virtudes, los mancebos para los pecados capitales, la sensualidad y el encanto para representar la tentación de lo prohibido. A su vez, hace uso de lo erótico como parte de lo exótico y lo extraño, marcada influencia del Parnaso, cuando describe los siete vicios (“armas ricas de Oriente”, “satanes verlenianos de Ecbatana”, “sus labios sensuales y encendidos”). En fin, podemos destacar que es un auténtico poema del modernismo en la estructura, los recursos expresivos y el rango del vocabulario. Podemos identificarlo en cómo incorpora las distintas artes: la literatura (“fra Doménico Cavalca”), la pintura (“del divino Sandro”), la flora y un mundo de fantasía medieval (princesas, príncipes y hechiceros).
“El reino interior” es el poema más personal, la perfección formal cede espacio a la sonoridad y la espiritualidad. Rubén Darío desnuda su alma que sueña hace treinta años y muestra la dualidad de carne y espíritu propia del hombre: virtudes y vicios son las alternativas del alma del poeta.